Industria Automotriz
ENCRUCIJADA
GM-BRASIL DEPENDE “DEL SACRIFICIO DE TODOS”
23/01/2019. Luego del inicio de una reestructuración global de la compañía (con cierre de plantas en EE.UU, Canadá, “y otras” y miles de despidos incluidos) uno de los objetivos prioritarios del grupo es el equilibrio en su filial brasilera que, según la CEO Barra, presenta “pérdidas inaceptables que deben abordarse”. El primer paso fue dado a partir de conversaciones con el estado de San Pablo para acordar nuevos incentivos fiscales, pero…
La unidad de GM en Brasil está en conversaciones avanzadas con el estado de Sao Paulo para acordar nuevos incentivos fiscales, manifestó la compañía a funcionarios públicos y representantes sindicales en una reunión celebrada ayer, pocos días después de informar a sus trabajadores que estaba perdiendo dinero en ese escenario. Los principales ejecutivos de GM en Sudamérica asistieron a las reuniones iniciales junto con representantes sindicales y alcaldes de las dos ciudades donde se encuentran las plantas de la automotriz en San Pablo (San José dos Campos y San Caetano do Sul).
Los representantes del gobierno del estado se mostraron bastante optimistas sobre las conversaciones y emitieron un comunicado donde destacan esto, aunque agregando que cualquier plan de cambio para GM requeriría del “sacrificio de todos los involucrados”.
GM es líder del mercado de autos pequeños y camiones en la economía más grande de América Latina, sin embargo, recientemente, se reveló que esto no significaba que el negocio estaba siendo todo lo rentable que se pretendía.
A principios de este mes, la CEO de GM, Mary Barra, manifestó que la compañía había reducido su punto de equilibrio en la región en los últimos años en un 40%, pero que todavía enfrentaba "pérdidas inaceptables que deben abordarse", para luego agregar, "hemos comenzado a trabajar con los principales interesados locales, distribuidores, proveedores, sindicatos y funcionarios gubernamentales para tomar todas las medidas necesarias para generar rendimientos aceptables en el corto plazo o para considerar otras opciones”, sin dejar entrever cuales serían las citadas “opciones”.
Uno de los pasos que implementó GM internamente en sus plantas en Brasil fue advertir a los trabajadores que había sufrido sensibles pérdidas en los últimos dos años y que no podía seguir operando de esa manera.
Actitud esta última que está alineada con la reestructuración global que está encarando con fin similar, para la que anunció miles de despidos en los EE.UU. y Canadá, donde cerrará cinco plantas, a las que se sumarán otros dos establecimientos, fuera de los Estados Unidos, que aún no han sido identificados.
Volviendo a Brasil, en 2018 el gobierno federal otorgó a los fabricantes de vehículos con plantas locales un paquete de exenciones fiscales a 15 años, al que se sumarían –en caso de llegarse a un acuerdo positivo- las nuevas exenciones que se están discutiendo. Sin embargo, el ministro de economía, Paulo Guedes, quien asumió este mes con el nuevo gobierno, manifestó que Brasil no puede permitirse seguir subsidiando a industrias poderosas, argumentando que el fin de las políticas proteccionistas hará que la economía sea más competitiva.
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Los representantes del gobierno del estado se mostraron bastante optimistas sobre las conversaciones y emitieron un comunicado donde destacan esto, aunque agregando que cualquier plan de cambio para GM requeriría del “sacrificio de todos los involucrados”.
GM es líder del mercado de autos pequeños y camiones en la economía más grande de América Latina, sin embargo, recientemente, se reveló que esto no significaba que el negocio estaba siendo todo lo rentable que se pretendía.
A principios de este mes, la CEO de GM, Mary Barra, manifestó que la compañía había reducido su punto de equilibrio en la región en los últimos años en un 40%, pero que todavía enfrentaba "pérdidas inaceptables que deben abordarse", para luego agregar, "hemos comenzado a trabajar con los principales interesados locales, distribuidores, proveedores, sindicatos y funcionarios gubernamentales para tomar todas las medidas necesarias para generar rendimientos aceptables en el corto plazo o para considerar otras opciones”, sin dejar entrever cuales serían las citadas “opciones”.
Uno de los pasos que implementó GM internamente en sus plantas en Brasil fue advertir a los trabajadores que había sufrido sensibles pérdidas en los últimos dos años y que no podía seguir operando de esa manera.
Actitud esta última que está alineada con la reestructuración global que está encarando con fin similar, para la que anunció miles de despidos en los EE.UU. y Canadá, donde cerrará cinco plantas, a las que se sumarán otros dos establecimientos, fuera de los Estados Unidos, que aún no han sido identificados.
Volviendo a Brasil, en 2018 el gobierno federal otorgó a los fabricantes de vehículos con plantas locales un paquete de exenciones fiscales a 15 años, al que se sumarían –en caso de llegarse a un acuerdo positivo- las nuevas exenciones que se están discutiendo. Sin embargo, el ministro de economía, Paulo Guedes, quien asumió este mes con el nuevo gobierno, manifestó que Brasil no puede permitirse seguir subsidiando a industrias poderosas, argumentando que el fin de las políticas proteccionistas hará que la economía sea más competitiva.
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