El problema ahora está en la unidad diésel TDI de 1.2 litros, a pesar de que VW dio garantías en 2016 de que este motor no empleó ningún dispositivo ilegal para engañar con sus emisiones.
No obstante esto, los fiscales están preparando cargos contra los administradores de VW, por el momento sin referirse a un directivo en particular, por sospechas de fraude, aunque el caso todavía continúa siendo investigado y las audiencias se llevarán a cabo la próxima semana.
Mientras tanto, un portavoz de VW declaró que los controles de calidad internos para los modelos equipados con el motor diésel de 1.2 litros, perteneciente a la familia EA189 (cuya versión 2.0 litros fue el objeto principal en el fraude de emisiones), habían revelado irregularidades que ahora se están analizando.
Antes de desarrollar este caso, la KBA ( Kraftfahrt-Bundesamt)estaba considerando desafectar de la circulación a unos 30.000 vehículos, aunque lo más probable es que haya un número mayor de unidades en infracción.
Hasta este momento, el Grupo VW ha retirado de circulación cientos de miles de automóviles en todo el mundo, desde que admitió haber utilizado un software ilegal para sus motores diésel en septiembre de 2015. Desde entonces, VW compró y reparó casi el 90% de los vehículos afectados en todo el mundo (el recall más grande de la historia y consecuente con el mayor fraude de todos los tiempos en la industria automotriz), según el CEO Herbert Diess, quien recientemente declaró que la mayoría de los problemas legales de la compañía han sido resueltos.

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