El mayor fabricantes de vehículos de origen británico británico, Jaguar Land Rover, propiedad de la india Tata Motors, recortará unos 5.000 puestos de trabajo en Gran Bretaña, debido a la caída de la demanda en China y de las ventas de vehículos con motorización diésel en Europa.
La primera señal que tuvo la compañía, y que impulsó esta drástica determinación, fue la pérdida de 354 millones de libras entre abril y septiembre del año pasado.
"La firma se enfrenta a tres problemas. Uno es China, el segundo es el alejamiento del diésel que se está produciendo en Europa, en Gran Bretaña, Francia y Alemania. Eso algo muy importante porque más del 80% de los vehículos que venden en Europa son diésel. Y el golpe final es el Brexit. Hasta ahora, la incertidumbre ha tenido un impacto en el crecimiento económico del país y en la venta de automóviles. Así que es un factor, no el mayor, pero que suma como un nuevo problema", explicó David Bailey, profesor de Industria en Aston Business School.
El consorcio de marcas británicas ha cortado la racha positiva que tuvo hasta 2017, con un pasado 2018 que se podría considerar desastroso, lo que planteó un escenario al que se tiene que enfrentar con mucha determinación y acciones inmediatas.
JLR ya eliminó unos mil puestos de trabajo el año pasado en Gran Bretaña. No obstante, cuenta con cerca de 40.000 empleados en el país, aunque en los últimos tiempos ha estado reforzando con personal sus fábricas en China y Eslovaquia.

...............................................................................................................................................................................