El único atributo no negociable del Supra es un motor straight-six, fue el contundente mensaje de las encuestas realizadas entre potenciales usuarios del nuevo Supra. A tal punto que el fabricante del auto, pasa a un segundo plano. O sea, para que un Toyota Supra sea un Toyota Supra, es más determinante el tipo de motor que la marca…
La concluyente definición no permitió ningún tipo de especulación. Esa y solo esa, es la razón principal por la que el fabricante de automóviles más grande de Japón decidió instalar un motor BMW diseñado en Alemania, en lugar de uno de los suyos, en la nueva generación de su prestigioso deportivo. Un hecho entre curioso y sorprendente, especialmente, cuando son muchos los que avizoran el ocaso del motor con combustión interna en favor de la electrificación y otras fuentes de impulsión.
La quinta generación del Supra que debutará en pocos días más en el auto show de Detroit dispondrá así de su verdadero “documento de identidad”, un seis en línea, del cual no solo dependerá la prosecución de su legado, sino su propio destino. Cada generación anterior del Supra tuvo un six-in-line y esta no podía ser la excepción, especialmente, cuando son cada vez menores y más imperceptibles las diferencias entre todos los vehículos que se producen en el mundo.
Por estas razones, para el nuevo Supra, Toyota utilizará el 6/3.0 litros turbo que, con más de 300 CV (potencia no declarada por la marca japonesa) impulsa al BMW Z4 roadster. Unidad de desarrollo reciente con sustanciales mejoras en materia de erogación de potencia y emisiones acotadas (Euro 6) y que también es utilizada por la Serie 3 de la marca bávara.
Pero el Supra tiene más de BMW que solo el motor. Comparte la transmisión A8, el chasis, y muchos componentes mecánicos del Z4, ya que ambos vehículos fueron desarrollados en conjunto luego del acuerdo firmado para tal fin en 2012, aunque cada parte adecuó la puesta a punto definitiva de acuerdo a las características que deseaba.
El Supra es el primer producto original desarrollado por Gazoo Racing Co., y llama la atención que, a pesar de las ambiciones deportivas de Toyota, sus dos ofertas en ese aspecto dependen de motores que Toyota ni siquiera fabrica. El Supra usará un BMW, mientras el Toyota 86 monta un cuatro cilindros boxer de Subaru, que también ensambla el auto.
El nuevo Supra tiene un centro de gravedad bien bajo, trocha ancha y una distancia entre ejes corta, en la búsqueda de un manejo dinámico y preciso, según la marca. También cuenta con una relación de peso entre la parte delantera y trasera de 50-50 y la rigidez de la plataforma está a la par del LFA de fibra de carbono.
Entre otros detalles, el Supra traerá cuatro amortiguadores adaptativos como equipo estándar. El sistema baja automáticamente el vehículo unos siete milímetros de acuerdo a la necesidad por optimizar adherencia y tracción.
También está equipado con un diferencial activo electrónico. La configuración envía potencia a cualquiera de las ruedas traseras según sea necesario para una mejor tracción. Finalmente, el Supra monta frenos Brembo con discos de gran diámetro y cuatro pistones por pinza. "Nos enfocamos en hacer que este auto sea lo más pequeño posible, para que el conductor siempre pueda sentir donde están las ruedas", amplió Tada. "Eso, a su vez, determinó el ancho y el largo del auto, lo que nos impidió poner un asiento trasero. Así que hemos creado un auto de dos plazas a pesar de la oposición de nuestro departamento de ventas".
Concluyente para asegurar su espíritu deportivo, pero, ¿alcanzará para lo que esperan los exigentes clientes de Supra?...

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