Especiales
RETIRADA
HAYABUSA, EL HALCÓN EN INVIERNO
08/12/2018. Suzuki confirmó que una de las leyendas de su gama, se retirará del mercado a fines de 2018. Luego de casi 20 años de su debut como la moto de producción en serie más rápida del mundo, el Halcón Peregrino (Hayabusa) hibernará hasta su próximo desafío…
Sigue siendo muy similar al modelo original de 1999 a pesar de una renovación bastante importante en 2008. Sin embargo, su vigencia, valorada como tal en innumerables casos, en este no resultó su aliada: su motor no cumple con los límites de emisiones de la norma Euro4 y otras introducidas como parte del reglamento UE 168/2013 (aceptada también en Japón). Reglas que entraron en vigor el 1º de enero de 2016, aunque a los fabricantes se les concedió un período “de gracia” de dos años para liquidar los modelos que no se podrían adecuar a las nuevas normas y reacomodar su estrategia frente a lo que suponía ser un cimbronazo a la filosofía e imagen de la marca.
Finalmente, el período finalizará el 31 diciembre de 2018, después de lo cual será ilegal comercializar en Europa a la Hayabusa como una moto nueva. Cuya agonía a nivel global será todavía algo más prolongada, ya que en EE.UU. continuará vendiéndose como unidad nueva en 2019 y hasta agotar el stock, aunque la producción en Japón cesará.
La Hayabusa se presentó globalmente en octubre de 1998, bautizada con el término japonés para el halcón peregrino, el ser viviente más rápido del planeta (se los ha cronometrado a más de 360 km/h en picada) generando gran expectativa, ya que se anunciaba como la primera moto de producción en serie en romper la barrera de las 200 millas por hora (320 km/h).
El modelo original vino con un motor de cuatro cilindros, de 1299 cm3, que desarrollaba 173 CV, una potencia que hoy no asombra, pero que en ese momento era alrededor de 25 CV más potente que el propulsor de las motos más poderosas del mercado.
El motor se asoció a una silueta “que disfrutaba de su propia fealdad, esculpida por la velocidad, no por la belleza”, y que tenía como cuadro uno que le debía bastante al de la RGV500 GP de Grand Prix de esa misma época y que, con leves cambios, permaneció tal cual hasta el presente.
En la actualización de 2008, el motor pasó de 1299 a 1340 cm3, con una potencia que subió a 197 CV, pero mientras que la asombrosa aceleración se hizo aún más impresionante, la máxima de la nueva Hayabusa nunca superó la de la versión original. Había una razón para eso, ya que la performance resultó tan impresionante que provocó el famoso “acuerdo de caballeros” entre los fabricantes de motos japonesas para poner fin a la guerra por la velocidad, y la máxima se estableció en “solo” 300 km/h!!!....
Acuerdo que, en realidad, mejoró las motos que llegaron más tarde, diseñadas para centrarse en atributos más útiles como la aceleración y las condiciones de manejo, lo que hizo que los fabricantes pronto comenzaran a producir excelentes superbikes de 1000 cm3 que eran compatibles con la Hayabusa en velocidad máxima, y superiores en curva con mayor manejabilidad.
Junto con su aerodinámica, el punto fuerte de la Hayabusa siempre se distinguió en su motor, irónicamente, el mismo que contribuyó a convertirla en la moto de serie más veloz del mundo, hoy es derrotado por “los escritorios”, las nuevas normas de contaminación que no puede cumplir. Sin embargo, nadie le podrá negar el haber escrito una página brillante en la historia de la performance pura, a tal punto, que además de lo logrado impulsando a la moto más impresionante de los últimos 20 años, sirvió en otras disciplinas deportivas con resultados tan o más destacados que cumpliendo con su rol original. Un ejemplo de esto nos toca bien de cerca ya que los motores Radical V8 que, casi como asociándose al retiro de la moto, dejarán de formar parte del “elenco estable” del STC2000 autóctono también desde 2018, están conformados por dos motores de Hayabusa unidos en su parte inferior y formando un ángulo de 72º con una cilindrada total de 2,7 litros (1340 x 2= 2.680 cm3).
La desaparición de la Hayabusa, sin embargo, se propone más como un paréntesis. La marca recientemente solicitó nuevos derechos de marca con su nombre y su logotipo, para ropa y mercadería diversa, aunque también para una nueva moto, lo que sugiere que habrá un gran impulso de marketing alrededor del nombre.
Lo que seguramente, mantendrá activa la vigencia del halcón hasta que, finalmente, se desperezará con el primer rayo de sol en el último día de algún invierno, sacudirá sus plumas, y se lanzará a volar otra vez, y no lo hará lentamente…
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Finalmente, el período finalizará el 31 diciembre de 2018, después de lo cual será ilegal comercializar en Europa a la Hayabusa como una moto nueva. Cuya agonía a nivel global será todavía algo más prolongada, ya que en EE.UU. continuará vendiéndose como unidad nueva en 2019 y hasta agotar el stock, aunque la producción en Japón cesará.
La Hayabusa se presentó globalmente en octubre de 1998, bautizada con el término japonés para el halcón peregrino, el ser viviente más rápido del planeta (se los ha cronometrado a más de 360 km/h en picada) generando gran expectativa, ya que se anunciaba como la primera moto de producción en serie en romper la barrera de las 200 millas por hora (320 km/h).
El modelo original vino con un motor de cuatro cilindros, de 1299 cm3, que desarrollaba 173 CV, una potencia que hoy no asombra, pero que en ese momento era alrededor de 25 CV más potente que el propulsor de las motos más poderosas del mercado.
El motor se asoció a una silueta “que disfrutaba de su propia fealdad, esculpida por la velocidad, no por la belleza”, y que tenía como cuadro uno que le debía bastante al de la RGV500 GP de Grand Prix de esa misma época y que, con leves cambios, permaneció tal cual hasta el presente.
En la actualización de 2008, el motor pasó de 1299 a 1340 cm3, con una potencia que subió a 197 CV, pero mientras que la asombrosa aceleración se hizo aún más impresionante, la máxima de la nueva Hayabusa nunca superó la de la versión original. Había una razón para eso, ya que la performance resultó tan impresionante que provocó el famoso “acuerdo de caballeros” entre los fabricantes de motos japonesas para poner fin a la guerra por la velocidad, y la máxima se estableció en “solo” 300 km/h!!!....
Acuerdo que, en realidad, mejoró las motos que llegaron más tarde, diseñadas para centrarse en atributos más útiles como la aceleración y las condiciones de manejo, lo que hizo que los fabricantes pronto comenzaran a producir excelentes superbikes de 1000 cm3 que eran compatibles con la Hayabusa en velocidad máxima, y superiores en curva con mayor manejabilidad.
Junto con su aerodinámica, el punto fuerte de la Hayabusa siempre se distinguió en su motor, irónicamente, el mismo que contribuyó a convertirla en la moto de serie más veloz del mundo, hoy es derrotado por “los escritorios”, las nuevas normas de contaminación que no puede cumplir. Sin embargo, nadie le podrá negar el haber escrito una página brillante en la historia de la performance pura, a tal punto, que además de lo logrado impulsando a la moto más impresionante de los últimos 20 años, sirvió en otras disciplinas deportivas con resultados tan o más destacados que cumpliendo con su rol original. Un ejemplo de esto nos toca bien de cerca ya que los motores Radical V8 que, casi como asociándose al retiro de la moto, dejarán de formar parte del “elenco estable” del STC2000 autóctono también desde 2018, están conformados por dos motores de Hayabusa unidos en su parte inferior y formando un ángulo de 72º con una cilindrada total de 2,7 litros (1340 x 2= 2.680 cm3).
La desaparición de la Hayabusa, sin embargo, se propone más como un paréntesis. La marca recientemente solicitó nuevos derechos de marca con su nombre y su logotipo, para ropa y mercadería diversa, aunque también para una nueva moto, lo que sugiere que habrá un gran impulso de marketing alrededor del nombre.
Lo que seguramente, mantendrá activa la vigencia del halcón hasta que, finalmente, se desperezará con el primer rayo de sol en el último día de algún invierno, sacudirá sus plumas, y se lanzará a volar otra vez, y no lo hará lentamente…
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