Con la estrategia de equipar y renovar las Ram 1500 de tamaño completo con nuevas características, que van desde pantallas táctiles de 12”, hasta paquetes grandes de baterías, la adopción del sistema Start&Stop y otras alternativas para ahorrar combustible, la marca confía en un aumento sostenido de la demanda y con ello, comenzar a afectar las ventas de sus rivales, la Serie F de Ford y las Silverado y Sierra de Chevrolet y GMC.
"Necesitamos ubicarnos en el segundo lugar", le comentó el CEO Mike Manley a Reuters, en su primera entrevista cuando se hizo cargo del grupo FCA luego de la desaparición de Sergio Marchionne.
A principios de año, el presidente Donald Trump amenazó con tomar medidas, que incluían un arancel del 25% a las camionetas fabricadas en México, y Fiat Chrysler comunicó que, de cualquier forma, Saltillo sería "reutilizado para producir futuros vehículos comerciales".
En 2017, Marchionne planteó la posibilidad de que FCA pudiera mover la producción de vehículos heavy duty fuera de Saltillo, adelantando que la política fiscal y comercial de los EE. UU. sería determinante en la decisión.
Ahora, EE.UU., México y Canadá tienen un acuerdo comercial tentativo que no impone un límite a los envíos de unidades a Estados Unidos desde México, siempre que cumplan con los requerimientos mínimos de las partes producidas dentro de la región.
"Con una combinación de las plantas de Warren y Saltillo construyendo lo que llamamos ‘el camión clásico’, tenemos suficiente margen para aumentar la producción el año que viene si fuera necesario", manifestó Manley, agregando, "en mi opinión, esa necesidad será real. Estamos ganando participación. Obviamente, estoy buscando que eso continúe, aunque este sea un segmento increíblemente competitivo".

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