Más de 1000 vehículos clásicos e históricos de nivel internacional exhaustivamente seleccionados (todos originales, en funcionamiento y con más de 30 años de antigüedad), fueron el exclusivo parque que propuso la edición 18ª de Autoclásica, una vez más convertida en la mayor muestra de clásicos de autos y motos de Sudamérica y, como siempre, en el boulevard del Hipódromo de San Isidro en la provincia de Buenos Aires. Que se reiteró como una oportunidad inigualable para revivir la historia de la motricidad en sus más variadas facetas desde la cuidadosa y atesorada preservación de un patrimonio que no tiene muchos paralelos.
Allí se reconoció con el máximo galardón -“Best of Show”- a dos unidades únicas, tanto por sus campañas deportivas a nivel internacional, como por lo que significaron en materia de diseño, tecnología y evolución en su momento.
Entre los autos, la ganadora fue una Ferrari 340/375 MM de1953 (propiedad de la familia Perez Companc), que monta un motor V12/4,5 litros, diseñado por Aurelio Lampredi, con carrocería de Pinin Farina y una profusa historia deportiva. Este chasis -0322AM- resultó quinto en las 24 Horas de Le Mans de 1953 y venció en las 24 Horas de Spa-Francorchamps de ese mismo año, nada menos que con Nino Farina (primer campeón mundial de F1 en 1950) y Mike Hawthorn (también campeón mundial de F1 en 1958).
En cuanto a las motos, el premio mayor se lo llevó una MV Agusta 500Four 1957(como su nombre lo indica, 500 cm3 y cuatro cilindros), con la que el único campeón mundial de motociclismo y de F1, John Surtees, se coronó en 1958, cuando la marca también ganó el Trofeo de Constructores. La MV Agusta fue propiedad del mismo Surtees, quien la restauró totalmente en los ’90.
Estos fueron los hitos salientes de una verdadera fiesta que propuso un recorrido de más de 100 años de edad a través de autos, motos, embarcaciones, utilitarios, vehículos militares, maquinaria agrícola, etc, la mayoría protagonistas en su momento y que también lo fueron ahora en el marco inigualable y mágico que propuso Autoclásica 2018.
En esta 18ª edición, la muestra presentó exhibiciones destacadas que acentuaron la propuesta original y permitió conocer en profundidad temáticas especiales. Por ejemplo, se celebró el 70º aniversario de Porsche, con más de 30 vehículos en exhibición; los 70 años de historia de Land Rover, con la presentación del primer Land Rover Defender Serie I, que debutó en el Amsterdam Motor Show, el 30 de abril de 1948, con el apoyo institucional de la Embajada de Alemania, se realizó un Homenaje Especial al legendario Mercedes-Benz 300 SL, con la exposición de 10 unidades en diferentes versiones, incluyendo la más destacada Gullwing ("Alas de gaviota") y el Club Peugeot de Clásicos de Argentina, conmemoró los 50 años del legendario Peugeot 504.

Por otra parte, visitaron Autoclásica casi 100 unidades Mini en el marco del XIIº Encuentro Internacional de Clubes Mini de instituciones procedentes de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. La propuesta 2018 de la gran parada se complementó con una carpa especial que agrupó “Leyendas Mundiales”, donde se exhibieron los mejores exponentes de autos y motos que pululan en la actualidad en el mercado de los clásicos en Argentina. Allí, se destacaron, las motos campeonas del mundo con Casey Stoner en 2007 (Ducati D16/GP7), Mick Doohan en 1997 (Honda NSR 500) y Wayne Gardner en 1987 (Honda NSR 500), entre otras valiosas unidades.
Siguiendo con el tema, más de 400 excelentes ejemplares de calle y de competición de todos los tiempos estuvieron presentes en el “Barrio de las Motos”.
Este sector tuvo la presencia de Harley-Davidson, tradicional marca norteamericana que cumple 115 años de historia, la cual presentó tanto clásicas como los últimos modelos lanzados al mercado y lo propio hicieron Royal Enfield, Norton y Morgan que, con sus modelos más destacados presentaron toda su actualidad en la muestra.
Este año, también hubo ejemplares únicos de las prestigiosas HRD/The Vincent, AJS, BMW, Douglas, Gilera, Ducati, Honda, Kawasaki, Yamaha, Zanella, Puma, Siambretta, Triumph, entre otras, destacándose la moto más veterana de la muestra: una Peugeot V Twin 1906 de 350cm3.
También estuvieron presentes, los legendarios colectivos de transporte público que surcaron las calles de Buenos Aires en distintas épocas, los siempre impactantes vehículos militares (tanquetas, blindados, etc), vehículos concept de todo tipo, ensayos de estilo sobre ruedas, etc.
Otro espacio para destacar, y que tuvo gran repercusión, fue el dedicado a los vehículos de competición del automovilismo argentino, con unidades de SP, fórmulas diversas, TC, etc, y la infaltable presencia de dos espacios que son los verdaderos “clásicos dentro del clásico”, Autojumble y Motojumble, donde todos los entusiastas pudieron adquirir piezas y repuestos, tanto para sus propias restauraciones, como para atesorar.
La gran y atemporal muestra, fue como siempre organizada impecablemente por el Club de Automóviles Clásicos y también como siempre, menudeó el excesivo celo, como fue en nuestro caso cuando, intentando ingresar al selecto círculo de las unidades premiadas para fotografiarlas, una persona de guardia nos lo impidió con el también clásico “disculpe, es solo para invitados y autoridades. Tengo órdenes…”.
Como todos los años, desde 2004, Autoclásica destinó la recaudación del estacionamiento de esta edición a la adquisición de equipos de alta complejidad para el Hospital de Materno Infantil de San Isidro “Dr. Carlos Arturo Gianantonio”.
Emplazada sobre un predio arbolado de nueve hectáreas ubicado en el Boulevard de los Jardines del Hipódromo de San Isidro, la muestra abrió sus puertas los días 12, 13, 14 y 15 de octubre, entre las 10 y las 18.30 horas, con una concurrencia estimada por la organización en más de 48.000 visitantes.
Un acontecimiento único en Sudamérica, fielmente descripto desde la organización, ”por la cantidad, calidad, variedad, singularidad y estado de presentación de los vehículos expuestos, cuidadosamente convocados y seleccionados para representar los mejores exponentes de cada época histórica”, que solo podemos aspirar a que se siga repitiendo, para que este verdadero ”ejercicio de memoria” que siempre resulta Autoclásica continúe siendo un hecho cultural inigualable.

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