A pesar de su diferente configuración, las Monza SP1 monoplaza y SP2 biplaza, estarán impulsadas por el mismo motor del modelo del cual derivan -812 Superfast-, un V12/6.5 litros que, ubicado en posición delantera central, entrega hasta 810 CV a las ruedas traseras.
Este y otros puntos en común entre ambos modelos dejan, sin embargo, margen para la curiosidad, a partir de que se trata de dos configuraciones bien diferentes, casi como lo que supieron ser la Ferrari 312B de F1 y la 312PB Sport de los ’70, que eran absolutamente distintas, salvo por su misma mecánica, aunque en el caso de las Monza, -y sin que haya ningún “reglamento” que las obligue a ser diferentes como las de competición-, solo y simplemente, por un acendrado culto de la exclusividad…
No se brindaron datos técnicos, salvo profusión de aluminio y carbono, aunque se estima que para ser consecuentes con lo que de ellas se espera, su peso orillará los 1.200 kilos.
La develación de las nuevas Monza SP1/SP2 se realizó anoche en el Museo Ferrari de Maranello en una presentación exclusiva para los clientes selectos de la marca, quienes –obviamente- fueron tentados a comprar alguna de las 200 unidades que se fabricarán en total de las dos versiones.
Si bien la Monza es parte de una tanda de unidades exóticas y super especiales de la marca (no tienen parabrisas, ni cobertor de habitáculo), tiene una misión mucho más racional. Deberá ayudar a sacarle todavía más lustre a las credenciales de alto rendimiento de Ferrari y garantizar márgenes de ganancia más altos, inclusive que los que entregan los modelos de edición estándar de Ferrari que, por supuesto, no son nada baratos.
Al respecto, el precio de las Monza se dará a conocer en el Salón del Automóvil de París el mes próximo, aunque muy probablemente superará la barrera del millón de euros, si fuese menos nos sentiríamos decepcionados…

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