Especiales
MOTOGP EN AUSTRIA
MISILES EN LA MONTAÑA
13/08/2018. El mayor espectáculo del deporte-motor mundial actual, propuso en la ocasión argumentos que, además, lo acercaron a la perfección…
El motociclismo mundial está pasando por uno de los mejores momentos de toda su historia, especialmente, la división superior, MotoGP.
Categoría que, además de carreras espectaculares, vibrantes y emotivas, que prácticamente hacen que no se pueda sacar la vista de la pantalla por la cantidad de alternativas que proponen, lo que ya sería motivo para justificar ampliamente su emisión, lo consiguen incorporando la máxima tecnología mundial disponible sobre dos ruedas y uno de los mejores niveles de pilotos de todos los tiempos.
Ayer, en el Red Bull Ring austríaco, la ecuación mostró una vez más sus posibilidades con una demostración deportiva fenomenal y, como decíamos, con un nivel de calidad –en todo sentido- pocas veces alcanzado, no solo por MotoGP, sino por cualquier otra categoría de nivel global.
En la gran batalla que tuvo lugar en las montañas de Styria, donde se enclava el circuito aludido (a 700 metros s/n/m), hubo ingredientes verdaderamente sorprendentes que no hicieron más que subir la vara de todos los ingredientes que componen, carrera tras carrera, la propuesta actual de MotoGP.
Con tres gladiadores –Lorenzo, Dovizioso y Márquez- que calzaron sus Ducati (los dos primeros) y Honda, con compuestos de neumáticos diferentes entre si.Una singularidad que, llamativamente, no impidió que, prácticamente, los tres llegaran en condiciones de vencer al final de la carrera.
Prueba que fue a parar a manos de Lorenzo quien, se suponía, tenía montada la combinación más riesgosa (soft, adelante y atrás) respecto a sus rivales (medium y hard para Márquez y medium-medium para Dovizioso).
Lo que habló a las claras de que, además de la excelente performance del caucho Michelin en todos los casos, Lorenzo desarrolló una estrategia de muy alto nivel, acentuada por su vuelta más veloz en el giro 17º (sobre un total de 28 vueltas) a diferencia de sus rivales, quienes lo lograron en la vuelta 8ª en ambos casos, aunque, en la misma décima, todos superaron por casi 4/10 la vuelta más rápida de quien los siguió (Iannone).
Acentuando la excelencia de lo visto ayer en el circuito austríaco, no se puede dejar de destacar que, además, en los últimos tres giros definitorios de la prueba, Lorenzo y Márquez se superaron en siete ocasiones, donde menudearon sobrepasos por encima de los 300 km/h, frenadas que poco menos que les sacaban las motos de las manos y búsquedas por ganar centímetros absolutamente al límite de la física.
Lo que se dice, una monumental demostración de habilidad conductiva, arrojo y entrega por el espectáculo, que fue largamente premiada por los casi 93.000 asistentes al GP de Austria, algo que parece moneda corriente en los GG.PP de los últimos años y que suma, a la plasticidad, la visualización de los pilotos y los condimentos apuntados, el mejor espectáculo-motor desde la deportividad, lo que lo hace inmensamente más valioso.
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