Toyota volvió a triunfar en el Rally de Argentina, tal como lo hiciera en 1994 con Auriol, lo hizo ayer con el estonio Ott Tänak en la edición nº 38 de una prueba a la que acompañamos en su primera realización en 1980, por entonces en Tucumán.
Mediaron 24 años entre una y otra victoria, aunque la que tuvo lugar horas atrás en Córdoba, tiene otro tipo de connotaciones: aquella vez, la radicación de Toyota en nuestro país era casi una aventura (recién en 1996 se presentó el primer modelo local, como no podía ser de otra manera, una pick up Hilux) y hoy es una palpable realidad (Hilux y Etios son protagonistas del mercado).
Razón por la cual, la llegada de nuevos productos al mercado local y/o regional, algunos importados; otros, bajo estudio para producción latinoamericana, son mucho más habituales respecto a lo histórico de la marca en dicho escenario.
Casi como avalando esto último y con poca diferencia de tiempo -en términos de proyectos de gran envergadura-, mientras que mostraban el Yaris en la región (aquí, en el Salón de Buenos Aires 2017) con una única versión a modo de censo en los respectivos mercados a través de una silueta probable de ser producida en este escenario, la marca se sumaba a la prueba internacional más relevante de Argentina, precisamente, con el mismo modelo con que sostenían la opción industrial y con el que habían retomado su participación en el WRC en 2017.

La maniobra, por llamarla de alguna manera, resultó correcta.
Mientras Ott Tänak y su Yaris WRC, luego de un comienzo complicado por un trompo en plena montaña, se adjudicaban en sucesión 10 pruebas especiales y pasaban a comandar un rally que vencerían por 37s7/10 sobre Thierry Neuville (tercer triunfo de su campaña), se conoció que el Yaris llegará a la Argentina en la segunda mitad de 2018, con producción brasileña y que, tal como acostumbra la marca, lo hará con todas sus opciones disponibles: hatchback y sedan, en ambos casos con variantes de entrada y tope de gama.
Para Toyota que, al mejor estilo de otras épocas, basa su “venta diaria” -entre otros argumentos- en los logros deportivos, no pudo haber sido más gratificante y promisorio lo alcanzado en el Rally de Argentina. Responde a una filosofía que, adoptada, manipulada y a veces desechada por la mayoría de sus otrora adeptos, sigue teniendo vigencia para una marca que hace de ella un culto y a la que tan mal no le va…

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