A fines de la semana pasada, BMW anunció que retiraría 11.700 vehículos para reparar su software de gestión del motor después de descubrir que una programación incorrecta había sido instalada, principalmente, en sus modelos de lujo de las series 5 y 7.
Según manifestó la compañía en un comunicado, "En el transcurso de pruebas internas, el grupo BMW descubrió que una actualización de software correctamente desarrollada se asignó por error a ciertas versiones de modelos inadecuados", ampliando que, "el inconveniente se informó a las autoridades pertinentes de inmediato".
BMW emitió dicho comunicado después de que un informe en el semanario de noticias Der Spiegel sugiriera que el grupo había instalado un software que manipulaba las emisiones de gases nocivos como el NOx, algo que BMW siempre ha negado.
El grupo declaró que las unidades afectadas fueron modelos de las series 5 y 7 fabricados entre 2012 y 2017, que están equipados con motores diésel de alto rendimiento con tres turbo por unidad.
BMW no especificó en que mercados se encuentran las unidades afectadas, aunque señaló que cooperaría con las autoridades pertinentes en cualquier escenario.

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