Este replanteo de Opel hacia una nueva condición de “jugador global” podría significar la producción de sus vehículos en las plantas de PSA de China, Rusia e Irán, así como la exploración de nuevos mercados potenciales fuera del perímetro europeo.
Bajo la administración de GM, esta posibilidad era nula, lo que le impedía a la división alemana del grupo tener una gran presencia en países clave como China, debido al temor de que sus vehículos competirían con los modelos-hermanos de las marcas Chevrolet y Buick, algunos de los cuales estaban basados en la ingeniería Opel.
Alineado con PSA, Opel tiene mucha más libertad para buscar oportunidades en mercados no europeos.
"Finalmente, Opel será global", manifestó ayer el CEO de la marca, Michael Lohscheller, mientras presentaba el plan PACE.
Entre otras consideraciones, Lohscheller predijo que Opel ingresará “a más de 20 nuevos mercados para el 2022, con Argentina, Arabia Saudita y Taiwán entre los países identificados como potenciales mercados de exportación”. Y además destacó que, “la marca también está explorando vender unidades en China y Brasil”.
En una segunda etapa y con plataformas y motores PSA a disposición, Opel también podría beneficiarse con la producción global de PSA, que tiene fábricas en China y Sudamérica, una planta conjunta con Mitsubishi en Rusia y producción de ensamblaje de kits en Irán, por lo que no sería improbable la fabricación de productos de la marca originalmente alemana en la planta local de El Palomar como parte de este ambicioso planteo.
En ese sentido, Lohscheller, enfatizó en que Opel podrá utilizar sin demasiados inconvenientes la red de producción global de PSA para enfocarse en los más diversos mercados mundiales.

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