Lo dicho, casi 50.000 personas y más de 1000 vehículos clásicos e históricos de categoría internacional cuidadosamente seleccionados -todos de más de 30 años de antigüedad, en estado original e impecable funcionamiento-, renovaron la validez de una propuesta anual donde la historia y sus protagonistas mecánicos son la atracción excluyente.
El auto en forma destacada y distintos medios de locomoción como entorno, revivieron en un fin de semana largo donde los acontecimientos propios de una historia más que centenaria fueron sus picos más altos.
Así se le rindió homenaje a los 110 años (en realidad, ya son 111) de Lancia, hoy poco menos que marginada por el grupo FCA; el 90º aniversario de la originalmente sueca Volvo (ocasión para que el importador –jugando con aniversario y modelo- lanzara su berlina S90); los 70 años de Ferrari (con un F2004 original de F1, ganador de cuatro GG.PP y la corona de ese año con Michael Schumacher, como auténtico emblema de la celebración), los 60 años de un modelo que estéticamente nació viejo, el Lotus Seven, que representa como pocos la singular ecuación, deportivo y accesible, y los 80 años del Turismo Carretera, especialidad tan antigua como desvirtuada a través de gestiones poco emparentadas con la tradición.
La muestra organizada por el Club de Automóviles Clásicos de la República Argentina, propuso también un recorrido que además de autos, validó utilitarios, maquinaria agrícola, vehículos militares- que protagonizaron nuestra historia, poniendo el foco, cómo todos los años, en exhibiciones especiales.
Como desde hace ya unos años, la industria nacional tuvo un lugar especial en la rotonda de acceso a Autoclásica 2017 en la cual estuvieron los clásicos que marcaron la historia local: Ford Falcon, Chevrolet 400 y Chevy, Valiant, Torino, Gordini y F-100 fueron solo algunos de los vehículos nacionales que se exhibieron a los visitantes durante los cuatro días de la muestra.
Otra presentación relevante de este año fue la del Cadillac Presidencial, modelo 1955, perteneciente al Museo de la Casa Rosada, que fue recientemente restaurado por el Museo del Automóvil, dirigido por Luis Spadafora.
Para los fanáticos de las travesías y del turismo, el Ministerio de Turismo de la Nación presentó la mítica Ruta 40, la tradicional ruta argentina que va de Cabo Vírgenes (Santa Cruz) a la Quiaca (Jujuy) y que hoy le da nombre a la principal prueba local de Cross Country Rally, el Desafío Ruta 40.
En 2017 y por primera vez en su historia, Autoclásica fue declarada de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura de la Nación. A su vez, ha sido declarada de Interés Turístico por el Ministerio de Turismo de la Nación y de Interés Municipal por el municipio de San Isidro.
Por su parte, FIVA (Federación Internacional de Vehículos Ancianos) -la organización más importante del mundo que congrega a diferentes clubes de todo el mundo- designó nuevamente a Autoclásica como uno de los 10 eventos más destacados e importantes del mundo de autos clásicos.
Clínicas Abiertas dictadas por referentes especialistas en autos, motos, marcas en particular, técnica e innovaciones de la época, restauración y conservación se sumaron a más de 400 destacados ejemplares de calle y de competición presentes en el “Barrio de las Motos”, espacio que presentó dos motos campeonas del mundo: la Kawasaki KR350 1979, con la que el sudafricano Kork Ballington obtuvo el título de 350 cm3 en ese año, y la Honda NSR 500 con la que el australiano Wayne Gardner consiguió el título de 500 cm3 en 1987.
Además, las marcas como Harley-Davidson, Grupo Piaggio –con sus marcas Vespa, Aprilia, Moto Guzzi y Piaggio- y Triumph pusieron todo su color tanto con sus motos clásicas, cómo con sus últimos modelos lanzados al mercado.
Y de manera especial, Peugeot fue la única marca internacional que celebró la ocasión homenajeando sus primeros 60 años en el país, haciéndose presente con siete modelos emblemáticos que repasaron la historia de la marca en Argentina, seis de ellos de producción nacional.
Un Peugeot 403 (1963), primer vehículo de la marca fabricado en el país (se produjo entre 1961 y 1965); una pick up T4B (1968), la primera pick up producida en Argentina por la marca (entre 1968 y 1973) y un 404 Grand Prix 1970, primer deportivo derivado de serie hecho aquí, (producción entre 1963 y 1981).
Además, también estuvieron, un Peugeot 504 de 1971, uno de los primeros fabricados en Argentina y dos 504 TN 1977, celebrando también 40 años de la presentación de este modelo en competición, donde se destacó tanto en rally como en pista (se produjeron 501 unidades, entre 1977 y 1979).
Por último, el séptimo modelo es un símbolo del Club, ya que es único en su tipo en la Argentina, un Peugeot D4A furgón de 1963.
El Peugeot Food Truck completó la presencia de la marca con su espacio exclusivo inspirado en el sitio de culto que la marca tiene en el barrio de Palermo.

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