Los vehículos diesel en Europa podrían tener un futuro mucho más promisorio luego de que los austríacos elijan un nuevo gobierno el próximo 15 de octubre.
La economía de Austria tiene mucho en juego, con más de 300.000 operarios produciendo elementos y servicios para la industria automotriz y casi tres quintas partes de los vehículos registrados en su parque automotor que funcionan con motores diesel.
En ese contexto tan particular, el Partido de la Libertad (nacionalista), que tiene entre los puntos salientes de su plataforma un compromiso para prevenir cualquier eliminación de los vehículos impulsados por motores diésel hasta 2050, es muy probable que ingrese a una coalición gobernante de acuerdo a las últimas encuestas.
"El núcleo de su propuesta es que las élites urbanas no quieren que vivan sus vidas, y la historia de los diésel está directamente relacionada con esto", manifestó Christoph Hofiner, director del instituto de investigación de opinión pública SORA en Viena, agregando en forma más que elocuente, "Es similar al debate sobre el transporte de armas en Estados Unidos".

Los trabajadores rurales de Austria se han vuelto más dependientes de los vehículos propios en la última década después de los recortes al transporte público -según Hofiner- y en ese aspecto, los diésel para ellos representan la esencia de la movilidad con su buena cantidad de aspectos favorables, encabezados por la autonomía y la durabilidad.
En medio de un ámbito con no pocos escándalos, donde se destacan los inconvenientes por la inmigración y el bienestar, temas como el cuidado del clima y la política industrial han pasado a un segundo plano.
Además, gracias a los abundantes recursos de energía hidroeléctrica, Austria ya genera más de tres cuartas partes de su electricidad con energías renovables, lo que sugiere que esto podría poner a cubierto a los diésel de una marginación relativamente inmediata.
Por otra parte, el cambio hacia nuevas tecnologías y nuevos productos requerirá financiamiento, nuevas habilidades de los trabajadores y tiempo y además, hay una notoria ausencia de políticas concretas al respecto.
Y como si fuera poco, cualquier medida en contra de la situación actual pondría en riesgo una economía automotriz de 17.200 millones de euros y nadie querría hacerse responsable de esto. .............................................................................................................................................................................................