En Foco
200 KILÓMETROS DE BUENOS AIRES DE STC 2000
EL CLÁSICO RESISTIÓ AL CAOS
03/10/2017. Algunas de las pocas cosas que quedaron de una prueba donde a los contratiempos por el clima se le sumaron, demoras, falta de previsión, improvisación y otros males comunes a nuestro desorganizado automovilismo, fueron, su nivel internacional, la puesta en escena y un excitante final con la quinta victoria consecutiva de una silueta Renault en un fin de semana “de película” para los vencedores Spataro-Ledesma…
Al final, los 200 Kilómetros de Buenos Aires para el STC2000, ni siquiera fueron “200”, apenas poco más de 150 y, para colmo, con casi 60 de ellos con auto de seguridad, lo que hizo que la prueba finalizara por tiempo (eran 200 kilómetros ó 75 minutos, “lo que suceda primero”).
Sin embargo, cuando ocurrió esto, la carrera transitaba por un lapso de normalidad que hasta propuso un final emocionante, con el duelo entre el Fluence de Spataro-Ledesma (a cargo del 1º) y el Focus de los sorprendentes Rosso-Peluso (conducía el 2º) hasta los metros finales de la prueba.
Emotivas imágenes finales que, quizás por escasas, serán lo suficientemente valoradas para quedar, grabadas, en la mente del público.
Pero la memoria, insobornable juez para quienes la ejercitan, también habrá acumulado varios hechos que sin duda, equilibrarán bastante la balanza…
Grandes complicaciones con el tránsito y embotellamiento al cancelarse el ingreso del público al Gálvez, el domingo a la mañana temprano, como consecuencia del temporal que puso en crisis las instalaciones del exAutódromo Municipal.
Meteoro que también jaqueó al propio circuito, desnudando falencias que la “puesta en valor” del escenario parecieron haberlas convertido en una historia pasada y que alejan la posibilidad del ansiado retorno de la F1 –u otra categoría de porte internacional- que la visita de Charlie Whiting pareció alentar (otra vez, el pobre drenaje, agravado por movimientos de tierras por obras, motivó banquinas anegadas, riachos que cruzaban la pista y provocaban cortinas de agua al paso de los autos, sectores inaccesibles para los servicios de seguridad, pisos muy deteriorados –como el del impresentable acceso a boxes-, etc).
Habilitar el ingreso del público y los trabajos en los sectores que invadió el agua, demoraron notoriamente el programa original.
A los problemas que el agua desnudó en el escenario, las idas y venidas y la ausencia de un plan alternativo por parte del STC 2000 le sumó otro punto en contra.
Para colmo, el retraso de la largada llegó a 1h15m y si bien en cierta forma, al menos sirvió para que se completara el acceso del público, para quienes fueron los primeros en hacerlo, no resultó nada gratificante.
Pero los inconvenientes no solo lo sufrieron los asistentes al Gálvez, sino también quienes se quedaron en casa para verla por televisión (canal 13), ya que la transmisión de la misma se canceló cuando se habían corrido unos 20 minutos, dándole entrada a ese verdadero “tenedor libre” que son los almuerzos de Mirta Legrand.
Al menos, los telespectadores del 13 no tuvieron que asistir al insólito y caótico cambio de pilotos, que provocó momentos de congestión en la calle de boxes, solo comparables con los de cualquier atasco callejero.
Como contrapartida, al margen del excelente duelo que definió la carrera y con que iniciamos este informe, la prueba más importante del calendario se propuso como un verdadero clásico, de esos que tanto reclamamos.
Hubo muy buena promoción, a los “200K” se le sumaron distintas especialidades, donde se destacaron, la todavía anémica F.Renault actual y el Stock Car brasileño (con pilotos internacionales de la talla de Barrichello y Zonta, entre otros); Pechito López volvió a correr en Argentina y haciendo pareja, nada menos, que con Matías Rossi; hubo pilotos de Brasil, México, Costa Rica, Uruguay y lo más granado del automovilismo local, bajo las tribunas se destacó la Expo Lole, figuras de todo calibre pulularon por los boxes (con la siempre inquietante Pampita Ardohain como destacada) y las empresas que apoyan a la especialidad pudieron montar sus espacios propios para atender clientes, invitados, prensa, etc.
Y también sumó la verdadera proeza que realizaron los mecánicos de Renault, reparando durante toda una noche el que a la postre sería el auto vencedor de la carrera, luego de que Ledesma se estrellara el viernes rompiendo buena parte de elementos ubicados en el sector trasero del vehículo.
Situación que hasta pareció escribir el libreto de una historia con final feliz, esa que concretaron Spataro-Ledesma en esta tan conflictiva reunión del STC2000 en Buenos Aires que, además de la satisfacción de la pareja de Renault, también debería haberle dejado a los responsables de hacer las cosas, un aprendizaje a prueba de contingencias como las que se vivieron el último domingo.
Ricardo Delgado.
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Sin embargo, cuando ocurrió esto, la carrera transitaba por un lapso de normalidad que hasta propuso un final emocionante, con el duelo entre el Fluence de Spataro-Ledesma (a cargo del 1º) y el Focus de los sorprendentes Rosso-Peluso (conducía el 2º) hasta los metros finales de la prueba.
Emotivas imágenes finales que, quizás por escasas, serán lo suficientemente valoradas para quedar, grabadas, en la mente del público.
Pero la memoria, insobornable juez para quienes la ejercitan, también habrá acumulado varios hechos que sin duda, equilibrarán bastante la balanza…
Grandes complicaciones con el tránsito y embotellamiento al cancelarse el ingreso del público al Gálvez, el domingo a la mañana temprano, como consecuencia del temporal que puso en crisis las instalaciones del exAutódromo Municipal.
Meteoro que también jaqueó al propio circuito, desnudando falencias que la “puesta en valor” del escenario parecieron haberlas convertido en una historia pasada y que alejan la posibilidad del ansiado retorno de la F1 –u otra categoría de porte internacional- que la visita de Charlie Whiting pareció alentar (otra vez, el pobre drenaje, agravado por movimientos de tierras por obras, motivó banquinas anegadas, riachos que cruzaban la pista y provocaban cortinas de agua al paso de los autos, sectores inaccesibles para los servicios de seguridad, pisos muy deteriorados –como el del impresentable acceso a boxes-, etc).
Habilitar el ingreso del público y los trabajos en los sectores que invadió el agua, demoraron notoriamente el programa original.
A los problemas que el agua desnudó en el escenario, las idas y venidas y la ausencia de un plan alternativo por parte del STC 2000 le sumó otro punto en contra.
Para colmo, el retraso de la largada llegó a 1h15m y si bien en cierta forma, al menos sirvió para que se completara el acceso del público, para quienes fueron los primeros en hacerlo, no resultó nada gratificante.
Pero los inconvenientes no solo lo sufrieron los asistentes al Gálvez, sino también quienes se quedaron en casa para verla por televisión (canal 13), ya que la transmisión de la misma se canceló cuando se habían corrido unos 20 minutos, dándole entrada a ese verdadero “tenedor libre” que son los almuerzos de Mirta Legrand.
Al menos, los telespectadores del 13 no tuvieron que asistir al insólito y caótico cambio de pilotos, que provocó momentos de congestión en la calle de boxes, solo comparables con los de cualquier atasco callejero.
Como contrapartida, al margen del excelente duelo que definió la carrera y con que iniciamos este informe, la prueba más importante del calendario se propuso como un verdadero clásico, de esos que tanto reclamamos.
Hubo muy buena promoción, a los “200K” se le sumaron distintas especialidades, donde se destacaron, la todavía anémica F.Renault actual y el Stock Car brasileño (con pilotos internacionales de la talla de Barrichello y Zonta, entre otros); Pechito López volvió a correr en Argentina y haciendo pareja, nada menos, que con Matías Rossi; hubo pilotos de Brasil, México, Costa Rica, Uruguay y lo más granado del automovilismo local, bajo las tribunas se destacó la Expo Lole, figuras de todo calibre pulularon por los boxes (con la siempre inquietante Pampita Ardohain como destacada) y las empresas que apoyan a la especialidad pudieron montar sus espacios propios para atender clientes, invitados, prensa, etc.
Y también sumó la verdadera proeza que realizaron los mecánicos de Renault, reparando durante toda una noche el que a la postre sería el auto vencedor de la carrera, luego de que Ledesma se estrellara el viernes rompiendo buena parte de elementos ubicados en el sector trasero del vehículo.
Situación que hasta pareció escribir el libreto de una historia con final feliz, esa que concretaron Spataro-Ledesma en esta tan conflictiva reunión del STC2000 en Buenos Aires que, además de la satisfacción de la pareja de Renault, también debería haberle dejado a los responsables de hacer las cosas, un aprendizaje a prueba de contingencias como las que se vivieron el último domingo.
Ricardo Delgado.
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