Este restyling sobre el EcoSport II se presentó a modo de primicia en el reciente Salón de Buenos Aires, donde se conocieron algunas de las novedades que, a partir de ayer, fueron corroboradas en este lanzamiento.
El motor Sigma 1.6 litros de 110 CV fue reemplazado por el nuevo tricilíndrico Dragon 1.5 litros de 123 CV. Unidad que puede alternar con transmisiones M5 ó A6 de acuerdo a la versión.
También se descartó el Duratec 2.0 litros de 143 CV a favor del GDi también de 2.0 litros (aunque con distribución variable) de 170 CV, al que se acopla exclusivamente la caja A6.
Felizmente, se mantiene una versión con motorización turbodiesel, el Duratorq 1.5 litros TDCi que, no obstante, sólo aumentó su potencia de 90 a 100 CV (con caja M5).
Todas las versiones tendrán tracción simple delantera, salvo la variante Freestyle 2.0 litros, que se ofrece con tracción integral 4WD de acople automático y exclusivamente con caja A6.
El restyling del EcoSport II trae de serie con control de estabilidad (ESP), control de tracción y asistencia al arranque en pendientes en todas las versiones.
Las variantes Freestyle y Titanium presentan siete airbags y esta última sumó techo corredizo, interior a dos tonos, faros de xenón y llantas de aleación de 17”.
Sin embargo, estas mejoras no cambian la percepción de un modelo que conserva el neumático de auxilio montado sobre el portón trasero, lo que altera sensiblemente su estética, dificulta el estacionamiento y está expuesta a diversos atentados. Como tampoco ha optimizado sus posibilidades off road, y si bien esto no afecta su condición de “modelo creador de un segmento”, no le permite desmarcarse del resto de sus competidores.
Se mantiene su origen brasileño y la garantía de tres años ó 100.000 kilómetros.

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