Industria Automotriz
NEGOCIO
EL DRAGÓN CHINO QUIERE A FCA
15/08/2017. Todo hace pensar que la tendencia de las empresas chinas por expandirse y el viejo anhelo del CEO de FCA, Sergio Marchionne, por un nuevo socio, se habrían encontrado y planean un destino con final feliz…
Una directiva gubernamental denominada China Outbound impulsa a las empresas locales a adquirir activos internacionales y operarlos, como sucedió con Zhejiang Geely, que se adueñó y participa activamente en Volvo desde 2010, con Pirelli y con el gigante alemán de la robótica Kuka, todas operaciones basadas en la política expansionista que propone el gobierno de Pekin.
Según informó Bloomberg, las compañías chinas planean gastar 1,5 billones de dólares en la adquisición de compañías extranjeras durante la próxima década, un 70% de aumento a partir de los niveles actuales de inversión.
"En estos momentos, los fabricantes chinos –especialmente, las automotrices-disfrutan del apoyo total de los líderes de Pekín", manifestó Michael Dunne, presidente de Dunne Automotive, una empresa de asesoría de inversiones de Hong Kong y experto en la industria automotriz china.
En este contexto, algunas fuentes identificaron a ejecutivos de importantes marcas de autos chinas avanzando sobre una posible compra de FCA, avances que incluyeron reuniones con representantes de grupos minoristas estadounidenses para tratar una potencial adquisición.
Es más, una de las fuentes manifestó que ejecutivos de FCA viajaron a China para reunirse con sus pares de Great Wall Motor, y delegaciones chinas también fueron vistas la semana pasada en la sede de FCA en Auburn Hills, Michigan.
No obstante, no está muy claro qué fabricante -o fabricantes- chinos está tras los activos de FCA.
Distintas fuentes apuntan a la participación de diferentes empresas, Dongfeng Motor, Great Wall, Zhejiang Geely Holding Group e inclusive el actual socio de FCA en China, Guangzhou Automobile Group. Lo cierto, es que las empresas chinas están bajo la presión del gobierno para expandirse fuera del país mediante la adquisición de empresas extranjeras y FCA puede ser un objetivo perfecto, dado que el CEO Sergio Marchionne se ha centrado en la racionalización de las operaciones del grupo con clara intención de hacerlo atractivo para un potencial comprador.
Desde FCA no se dieron a conocer mayores detalles, ni siquiera el nombre de los interesados en avanzar con el proyecto de adquisición, aunque siempre según las fuentes, cualquier comprador aspiraría a llevarse las altamente rentables marcas Jeep y Ram de FCA, así como Chrysler, Dodge y Fiat.
Las fuentes también sugieren que Marchionne intentaría una maniobra similar a la realizada con Ferrari, excluyendo a Maserati y Alfa Romeo del acuerdo.
Estas dos marcas se separarían, para maximizar las ganancias de Exor, la compañía controlada por la familia Agnelli, que posee una participación mayoritaria en FCA.
De producirse la venta, la marca Jeep, la más deseada, y estadounidense por excelencia, que una vez fuera propiedad de los alemanes y más recientemente de los italianos y holandeses, pronto podría ser propiedad de los chinos.
Pero la maniobra, no se trata simplemente de un mero “cambio de nacionalidad”.
Los fabricantes chinos han soñado largamente con ingresar a la lucrativa América del Norte y gastado millones para exhibir sus vehículos en los salones de alto perfil de EE.UU. Los primeros esfuerzos, sin embargo, mostraron que tenían un largo camino por recorrer antes de estar listos para competir allí.
Pero en años recientes - a través del conocimiento y la experiencia adquirida a través de empresas conjuntas con los fabricantes más grandes y exitosos del mundo - las empresas chinas han cerrado la brecha de calidad y sienten que, finalmente, están en situación de vender sus productos con buenas posibilidades en el mercado de EE.UU., lo que sería más viable aún si el acuerdo con FCA se concreta y se hacen de dos verdaderos líderes del mercado estadounidense como son las marcas Jeep y Ram, muy a pesar de más de un purista americano que “se arrancaría los pelos” con solo pensarlas integrando un grupo chino.
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Según informó Bloomberg, las compañías chinas planean gastar 1,5 billones de dólares en la adquisición de compañías extranjeras durante la próxima década, un 70% de aumento a partir de los niveles actuales de inversión.
"En estos momentos, los fabricantes chinos –especialmente, las automotrices-disfrutan del apoyo total de los líderes de Pekín", manifestó Michael Dunne, presidente de Dunne Automotive, una empresa de asesoría de inversiones de Hong Kong y experto en la industria automotriz china.
En este contexto, algunas fuentes identificaron a ejecutivos de importantes marcas de autos chinas avanzando sobre una posible compra de FCA, avances que incluyeron reuniones con representantes de grupos minoristas estadounidenses para tratar una potencial adquisición.
Es más, una de las fuentes manifestó que ejecutivos de FCA viajaron a China para reunirse con sus pares de Great Wall Motor, y delegaciones chinas también fueron vistas la semana pasada en la sede de FCA en Auburn Hills, Michigan.
No obstante, no está muy claro qué fabricante -o fabricantes- chinos está tras los activos de FCA.
Distintas fuentes apuntan a la participación de diferentes empresas, Dongfeng Motor, Great Wall, Zhejiang Geely Holding Group e inclusive el actual socio de FCA en China, Guangzhou Automobile Group. Lo cierto, es que las empresas chinas están bajo la presión del gobierno para expandirse fuera del país mediante la adquisición de empresas extranjeras y FCA puede ser un objetivo perfecto, dado que el CEO Sergio Marchionne se ha centrado en la racionalización de las operaciones del grupo con clara intención de hacerlo atractivo para un potencial comprador.
Desde FCA no se dieron a conocer mayores detalles, ni siquiera el nombre de los interesados en avanzar con el proyecto de adquisición, aunque siempre según las fuentes, cualquier comprador aspiraría a llevarse las altamente rentables marcas Jeep y Ram de FCA, así como Chrysler, Dodge y Fiat.
Las fuentes también sugieren que Marchionne intentaría una maniobra similar a la realizada con Ferrari, excluyendo a Maserati y Alfa Romeo del acuerdo.
Estas dos marcas se separarían, para maximizar las ganancias de Exor, la compañía controlada por la familia Agnelli, que posee una participación mayoritaria en FCA.
De producirse la venta, la marca Jeep, la más deseada, y estadounidense por excelencia, que una vez fuera propiedad de los alemanes y más recientemente de los italianos y holandeses, pronto podría ser propiedad de los chinos.
Pero la maniobra, no se trata simplemente de un mero “cambio de nacionalidad”.
Los fabricantes chinos han soñado largamente con ingresar a la lucrativa América del Norte y gastado millones para exhibir sus vehículos en los salones de alto perfil de EE.UU. Los primeros esfuerzos, sin embargo, mostraron que tenían un largo camino por recorrer antes de estar listos para competir allí.
Pero en años recientes - a través del conocimiento y la experiencia adquirida a través de empresas conjuntas con los fabricantes más grandes y exitosos del mundo - las empresas chinas han cerrado la brecha de calidad y sienten que, finalmente, están en situación de vender sus productos con buenas posibilidades en el mercado de EE.UU., lo que sería más viable aún si el acuerdo con FCA se concreta y se hacen de dos verdaderos líderes del mercado estadounidense como son las marcas Jeep y Ram, muy a pesar de más de un purista americano que “se arrancaría los pelos” con solo pensarlas integrando un grupo chino.
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