Industria Automotriz PARADOJA

VOLVO XC90, ÚLTIMO DIESEL EN ARGENTINA

03/07/2017. Pocos días atrás, el CEO de Volvo, Hakan Samuelsson, anunció, “…no vamos a desarrollar más motores diesel de nueva generación”, por lo que el lanzamiento de pasado mañana del XC90 diesel, podría ser un hito en la trayectoria local de la marca. En un país sin normas respecto a las emisiones y con una autoridad incongruente, Argentina es un verdadero “paraíso gasolero” que propicia estos desembarcos…


El próximo miércoles 5, Ditecar, representante de Jaguar, Land Rover y Volvo en la Argentina, lanzará la versión diesel del SUV para el segmento grande XC90 (D5) con motor 2.0 litros, tdi, de 235 CV, 49 kgm de torque y caja A8.
Un vehículo que llega con los mejores antecedentes a nivel internacional y que, sin embargo, plantea un hecho singular.
Lo decíamos en la apertura, mientras el CEO de la marca, Hakan Samuelsson, manifestó a fines de mayo la cancelación del desarrollo de nuevas generaciones de propulsores diesel por parte de Volvo, la versión gasolera de uno de sus productos más calificados, pisa por primera vez suelo argentino.
Sin entrar en detalle respecto a los intereses –lógicos- de la marca y del importador, esto nos mueve a reflexionar, una vez más, sobre las paradojas que propone nuestro país y, en consecuencia, nuestro mercado.
Donde, por ejemplo, el gobierno de turno le quita impuestos a vehículos híbridos y eléctricos en aras del cuidado ambiental, medida consecuente con la tendencia internacional y atendible en lo que respecta a la preocupación por la salud de sus gobernados, por otra parte, no impulsa una legislación tendiente a reglamentar el nivel de emisiones de los motores de combustión interna, especialmente, los alimentados por gasoil.


Esto último quedó en evidencia a través de lo sucedido hace unas temporadas atrás, cuando, en plena ebullición del escándalo por el fraude de la emisiones de los diesel de VW, que tiene en nuestro país a uno de los principales responsables del mismo, el motor 2.0 litros, turbodiesel, tipo EA189, que impulsa a las pick up Amarok, mientras que la legislación brasileña castigó a la marca con una multa de u$s 13 millones al comprobar el exceso de las emisiones en las pick up importadas desde Argentina, en nuestro país, al no existir ninguna norma, no pasó absolutamente nada.
Una verdadera lástima que se haya desaprovechado este momento crucial –probablemente, el mayor escándalo en la historia del automóvil- y se siga deambulando en un ámbito donde, por un lado se privilegian eléctricos e híbridos, se castiga al GNC que ofrece niveles de contaminación casi inexistentes y no se avizore en el horizonte ninguna regla para encarrilar las emisiones de los motores diesel, tema fundamental en este momento de transición mundial hacia energías alternativas.
El desembarco del Volvo XC90 D5, más allá de las virtudes inherentes al producto y lo oportuno de su lanzamiento, lo que hace es reavivar una de las tantas paradojas que tiene de nuestro país, algo a lo que, lamentablemente, parecemos demasiado acostumbrados.


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