Industria Automotriz
TENDENCIA
¿OCASO DE LOS SALONES DE AUTOS?
13/04/2017. Mientras que el Salón de Buenos Aires se prevé pletórico de marcas, expositores y exhibiciones como para asegurar una verdadera feria de entretenimientos, su homónimo de Frankfurt, la muestra de autos más importante del mundo, adelanta lo contrario. Se asegura que FCA no estará con ninguna de sus marcas, y lo propio sucederá con Nissan y el Grupo PSA, mientras que Mitsubishi y Volvo aún dudan en participar. Los avances en materia de comunicación virtual y el cada vez más difícil de justificar retorno de la inversión ante la contabilidad de las empresas, podrían determinar que, en pocos años, los salones del auto sean un anacronismo…
Aún faltan algunos meses para el Salón de Frankfurt (septiembre), que se celebra cada dos años alternándose con la muestra de París.
Aunque es la cita europea más importante de Europa y, casi con seguridad, la más importante del mundo, habrá unas cuantas ausencias de acuerdo a las últimas informaciones.
Las mismas indican, por de pronto, que no habría que contar con FCA (Maserati, Alfa Romeo, Fiat, Jeep, etc), Nissan (Nissan y su marca de lujo Infiniti) ni PSA (Peugeot, Citroen y DS), mientras que Mitsubishi y Volvo aún no han confirmado su presentación en la muestra alemana.
Una decena de marcas, no precisamente irrelevantes, que se debaten entre la negativa y la duda, alcanza y sobra para plantear en forma determinada la tendencia: ¿se acabarán los salones de autos?
Exhibiciones que siempre tuvieron como escollo principal, la inversión que debían hacer las marcas o grupos automotrices para, alquilar espacios, realizar estructuras, contratar personal, etc, a cambio de una búsqueda por destacarse, crear imagen, difundir su “mensaje” en la prensa, seducir, atraer clientes, etc,
Un eterno paradigma que contrapone lo real (dinero) frente a lo virtual (imagen), precisamente, similar enfrentamiento al que plantea la tendencia que marcamos.
La propuesta de los salones del auto, salvo la cada vez menos sorpresiva presencia de nuevos modelos, renovadas escenografías o distintas atracciones, ha permanecido casi inmutable desde sus orígenes, mientras que, como contrapartida, la evolución del manejo de la información a través de las distintas posibilidades virtuales va en camino de continuar evolucionando y, por ende, consolidándose, lo que está emparejando los platos de la balanza, hecho que dificulta cada vez más la justificación del retorno de la inversión que hacen las empresas automotrices.
En la actualidad, varias de estas, esquivan algunos salones porque no se ajustan a sus tiempos, sea porque no coinciden con algún lanzamiento comercial o por restricciones presupuestarias, y dichas empresas han comprobado también que es mucho más barato comunicar con textos e imágenes. Es cierto, la representatividad no es la misma, pero tampoco lo es la inversión…
La última edición de Frankfurt atrajo a más de 900.000 visitantes y eso es mucha gente, pero los tiempos están cambiando.
Ya no parece tan importante que los vehículos de unos y otros estén tan cerca como para comparar, algo que cada vez tiene menos sentido en una época en que comprar un auto con un clic, y sin pisar un concesionario, dejó de ser una utopía.
Aunque los salones seguirán teniendo público en abundancia, es el mensaje de las automotrices lo que está cambiando de la mano de la virtualidad, cosa que, precisamente, marca un declive de la popularidad de las muestras, aunque este no parece ser, salvando las distancias, lo que se espera para el próximo Salón de Buenos Aires donde, a diferencia de otros similares en el resto del mundo y como muchas otras cosas en las que nuestro país marcha “a contramano”, todos los anticipos indican que será un gran éxito.
.........................................................................................................................................
Aunque es la cita europea más importante de Europa y, casi con seguridad, la más importante del mundo, habrá unas cuantas ausencias de acuerdo a las últimas informaciones.
Las mismas indican, por de pronto, que no habría que contar con FCA (Maserati, Alfa Romeo, Fiat, Jeep, etc), Nissan (Nissan y su marca de lujo Infiniti) ni PSA (Peugeot, Citroen y DS), mientras que Mitsubishi y Volvo aún no han confirmado su presentación en la muestra alemana.
Una decena de marcas, no precisamente irrelevantes, que se debaten entre la negativa y la duda, alcanza y sobra para plantear en forma determinada la tendencia: ¿se acabarán los salones de autos?
Exhibiciones que siempre tuvieron como escollo principal, la inversión que debían hacer las marcas o grupos automotrices para, alquilar espacios, realizar estructuras, contratar personal, etc, a cambio de una búsqueda por destacarse, crear imagen, difundir su “mensaje” en la prensa, seducir, atraer clientes, etc,
Un eterno paradigma que contrapone lo real (dinero) frente a lo virtual (imagen), precisamente, similar enfrentamiento al que plantea la tendencia que marcamos.
La propuesta de los salones del auto, salvo la cada vez menos sorpresiva presencia de nuevos modelos, renovadas escenografías o distintas atracciones, ha permanecido casi inmutable desde sus orígenes, mientras que, como contrapartida, la evolución del manejo de la información a través de las distintas posibilidades virtuales va en camino de continuar evolucionando y, por ende, consolidándose, lo que está emparejando los platos de la balanza, hecho que dificulta cada vez más la justificación del retorno de la inversión que hacen las empresas automotrices.
En la actualidad, varias de estas, esquivan algunos salones porque no se ajustan a sus tiempos, sea porque no coinciden con algún lanzamiento comercial o por restricciones presupuestarias, y dichas empresas han comprobado también que es mucho más barato comunicar con textos e imágenes. Es cierto, la representatividad no es la misma, pero tampoco lo es la inversión…
La última edición de Frankfurt atrajo a más de 900.000 visitantes y eso es mucha gente, pero los tiempos están cambiando.
Ya no parece tan importante que los vehículos de unos y otros estén tan cerca como para comparar, algo que cada vez tiene menos sentido en una época en que comprar un auto con un clic, y sin pisar un concesionario, dejó de ser una utopía.
Aunque los salones seguirán teniendo público en abundancia, es el mensaje de las automotrices lo que está cambiando de la mano de la virtualidad, cosa que, precisamente, marca un declive de la popularidad de las muestras, aunque este no parece ser, salvando las distancias, lo que se espera para el próximo Salón de Buenos Aires donde, a diferencia de otros similares en el resto del mundo y como muchas otras cosas en las que nuestro país marcha “a contramano”, todos los anticipos indican que será un gran éxito.
.........................................................................................................................................