Ferrari, creador de la marca más emblemática de los últimos años en el mundo deportivo y fundador de la compañía que produce algunos de los deportivos más rápidos y más caros del mundo, murió en 1988 a la edad de 90 años, luego de convertir el emblema del Cavallino Rampante de la empresa en un verdadero sello de sus “terribles alegrías” (como solía decirlo el propio Ferrari), que parece más digno de la dramaturgia latina que de una marca de autos.
La policía de Nuoro, localidad de la isla de Cerdeña, en una conferencia de prensa realizada hace pocas horas, comunicó sus sospechas respecto a que una banda de delincuentes había planeado el robo del cadáver para exigir un rescate de parte de integrantes de la familia Ferrari o bien de empresas vinculadas con la emblemática marca de Maranello.
Si bien las autoridades no abundaron en detalles, informaron que la trama fue descubierta en medio de una investigación que llevaban adelante sobre armas y drogas y que la misma dio lugar a una serie de detenciones.
El cuerpo de Enzo Ferrari está enterrado en un mausoleo familiar en el cementerio de San Cataldo en Módena, cercano a la planta Ferrari de Maranello, en el centro de Italia.

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