Todo se inició con una demanda de Nissan al Ministerio de Medio Ambiente de Corea del Sur, el año pasado, después de que el ministerio declarara que Nissan hizo trampa en las emisiones de una versión con motor diesel del SUV apuntado, correspondiéndole una multa de alrededor de u$s 280.000.
Dicho ministerio, también ordenó la detención de las ventas del modelo en el país y ordenó el retiro de 814 unidades Qashqai.
El fallo del Tribunal Administrativo de Seúl, finalmente, se convirtió en una mancha para la imagen de Nissan, que tenía la esperanza de ser exonerada de los cargos por el engaño en las emisiones, en el único país donde fue acusada por dicha maniobra.
El tribunal declaró que cree que Nissan utilizaba el dispositivo para desactivar el sistema de reducción de emisiones en el Qashqai durante la conducción normal, lo que conllevó a un exceso de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx).

"Es razonable creer que, en este caso, el vehículo logró la certificación por medios ilegales y falsos", determinó el tribunal en su fallo.
Por su parte, Nissan contraatacó aduciendo que, el fallo de la corte, era lamentable y que, "no hay ningún cambio en nuestra postura respecto a que no hemos utilizado dispositivos ilegales en nuestros vehículos", declaró una portavoz de Nissan, agregando,"vamos a considerar posibles medidas".
El gobierno llevó a cabo pruebas en 20 vehículos con motores diesel de diferentes marcas, luego que se conoció que el Grupo VW había manipulado las emisiones de algunos vehículos que se venden en Corea del Sur.
Los SUV Qashqai afectados, fueron producidos en la planta Nissan de Sunderland, Inglaterra, y utilizaban motores diesel de 1.6 litros suministrados por su socio Renault.

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