El Cadillac DPi nº10 del cuarteto Ricky Taylor, Jordan Taylor, Jeff Gordon y Max Angelelli, reivindicó una dramática victoria en la edición nº55 de las 24 Horas de Daytona, carrera de apertura del torneo IMSA, después de que el primero de los nombrados tomó la delantera a poco menos de siete minutos del final, roce mediante con el hasta entonces líder, otro Cadillac similar a cargo de los autores de la pole de ayer, Albuquerque-Fittipaldi-Barbosa, en lo que fue la primera victoria de la marca en el clásico y la séptima de productos de GM a través de cuatro de sus marcas en la historia.
Fue una impredecible demostración a lo largo de todo su desarrollo, con más de la mitad de la carrera bajo lluvia, a veces tan copiosa que la prueba fue neutralizada en un par de oportunidades.
Aunque, lejos de otras sorpresas, al final, la batalla por el liderazgo absoluto se redujo a los dos Cadillac en una definición limpia, salvo por ese toque, que se definió, no sin polémicas posteriores, entre los protagonistas.
Lo dicho, luego de haberlo intentando en distintas ocasiones y con poco menos de siete minutos para el final, Ricky Taylor, a la sazón a cargo del Cadillac nº10, se tiró por el interior en la curva 1 hacia un hueco que le concedió Filipe Albuquerque, sobre el Cadillac nº5. Cuando este intentó volver a su línea, ambos autos se golpearon de costado y el nº5 fue desplazado en semitrompo dejando el camino libre hacia la victoria a su rival, aunque no sin haber intentado Albuquerque continuar la batalla y finalizando segundo a solo 6/10 del ganador.
Los Cadillac fueron claramente los protagonistas de las 24 Horas en cuanto a la clasificación absoluta, sin embargo, también hubo batallas en dos de las tres divisiones restantes.
En GTLM, triunfó el Ford GT de Hand-Müller-Bourdais luego de que en las últimas dos horas, los siete primeros estuvieran encerrados en poco más de siete segundos.
En GTD, la victoria fue para el Porsche 911 GT3R de Morad-de Quesada-de Quesada-Lazare y Christensen, quienes doblegaron por apenas 3/10 al Audi R8 LMS de la tripulación encabezada por Chris Mies.
La única clase que se convirtió en una formalidad desde el principio fue PC, donde el Oreca FLM de O'Ward-Masson-French-Boulle, ganaron nada menos que por 22 vueltas de ventaja después de una carrera impecable.
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