Según trascendió, el retiro de Audi, incentivó la presión sobre Peugeot, que fue invitada a unirse al Campeonato Mundial de Resistencia (WEC) para ocupar el lugar vacío dejado por la marca alemana.
Requerimiento que ya se había manifestado previo a ese retiro, aunque tomó dimensión mayor al quedar solo dos marcas a cargo del protagonismo principal en el Mundial de Resistencia.
"Hay una gran cantidad de grupos de presión tratando de convencer a Peugeot para que vuelva a Le Mans, y uno de sus argumentos es que para que esto sea viable habría que pensar en una inversión de 80-90 millones de euros", señaló una fuente cercana a la marca -según Automotive News-, aunque también aclaró, "…pero no creo que solo esto sea suficiente. Habría que invertir cerca de 150 millones para ser muy competitivos".
Peugeot participó durante varios años en Le Mans (donde venció en dos ocasiones con motores nafteros y una con el HDi), pero con el Grupo PSA enfrentando serios problemas financieros, se retiró en 2012, poco antes de que el WEC comenzara su primera temporada oficial.
El CEO del grupo, Carlos Tavares, cuya conducción modificó notoriamente la situación desde que asumió el puesto en 2014, es conocido por ser un apasionado, tanto de las carreras como del éxito comercial de la empresa y sabe ‘donde pararse’ al respecto.

"La participación permanente en el automovilismo es también una herramienta para crear valor de marca a largo plazo", declaró recientemente, sin embargo, también avaló la salud de la empresa, ya que parte de su plan para sanear el grupo es que, tanto Peugeot, como Citroen y DS, no estén bajo ningún tipo de presión para unirse a una disciplina deportiva sólo porque, "su CEO es un adicto a los deportes del motor". No obstante, a Tavares le gusta señalar que, “para una marca, es imposible ser considerada como una gran marca de autos sin haber tenido éxito en la pista en algún momento de su historia”.
El máximo responsable de uno de sus potenciales rivales, Andreas Seidl, director de Porsche, poco antes de celebrarse la última carrera de 2016 en Bahrein, manifestó, "nuestra preferencia es atraer a una nueva marca. Por supuesto que no es lo ideal que perdamos autos en la grilla, especialmente, a una marca como Audi, con todo su patrimonio e historia. Pero también hemos vivido esta situación antes, cuando solo estaban Peugeot y Audi, que incluso tuvieron grandes batallas que fueron intensas y atractivas".

Por su parte, un portavoz de PSA dijo que, por ahora, el Dakar sigue siendo el foco de los esfuerzos oficiales en automovilismo, aunque reconoció que siempre está en la filosofía de “al menos, una de nuestras marcas”, un retorno a las carreras de resistencia, pero que esto podría ser posible en la medida en que se cumplan tres condiciones básicas.
En primer lugar, la recuperación financiera del grupo y de la marca; luego, las limitaciones en los costos para el desarrollo de prototipos de LMP1 y, por último, la tercera condición debería ser un tiempo de desarrollo para equiparar las posibilidades con Toyota y Porsche.
"Además de historia, en Peugeot tenemos una gran pasión por las 24 Horas de Le Mans y las carreras de resistencia, entonces…”.
Póngale el final que quiera, pero por ahora, la última palabra todavía no está dicha, aunque no falta mucho para conocerla.
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