Dodge, marca con profundo arraigo deportivo, abandonó oficialmente el NASCAR (la categoría de autos de serie más importante de los EE.UU) en 2012 y su equipo más representativo, Penske Racing, el último que quedaba de la marca, cambió por Ford a fines de esa temporada.
La participación de Marchionne en esa historia, en su momento fue determinante: "Fuí el que tomó la decisión de retirar a Dodge de la categoría más popular del automovilismo norteamericano", dijo Marchionne. "Soy el culpable, pero en aquel momento no podíamos justificar su participación, cuando no nos alcanzaba para pagar ni deudas, ni sueldos…. Pero ahora estamos en una situación diferente", enfatizó el italiano.

En Homestead, antes de la última carrera de la temporada, el CEO de NASCAR, Brian France, confirmó que la institución estaba en conversaciones para acercar otra marca a la categoría, "aunque todavía no estamos en condiciones de hacer el anuncio", amplió France.
Más allá del vínculo entre una y otra declaración, algo que solo entra en el terreno de las especulaciones, una cosa es cierta: El único responsable del retiro de Dodge de NASCAR, está listo para devolverla a la máxima expresión de la competición americana de autos derivados de gran serie.
Y aunque el dinámico ejecutivo italiano insiste en ser prudente,-"tenemos que encontrar la forma correcta para hacerlo”-, todo hace suponer que la decisión final está tomada.

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