Ghosn, de 62 años, se convertiría en el primer ejecutivo que dirigiera a tres fabricantes productores de vehículos de primer nivel y gran volumen al mismo tiempo.
Según informó el periódico japonés Nikkei, junto con Bloomberg y Reuters, hace algunas horas atrás, Ghosn tomará el cargo de presidente de Mitsubishi, y –según pedido expreso del propio ejecutivo- compartirá el mismo con Osamu Masuko, actual presidente de la marca.
No obstante, un portavoz de la alianza Renault-Nissan, citó que los informes eran “bastante especulativos”, mientras que desde Mitsubishi no hubo comentarios.
Según el analista automotor de Tokio, Koji Endo, “para que Ghosn logre algo similar a lo que hizo en Nissan, debería hacerlo como presidente de Mitsubishi, tal como hizo con la combinación de plataformas, la reducción de costos e incluso, el cierre de plantas. Para poner en práctica, y que funcione, dicha reestructuración masiva, es necesario alguien tan poderoso como Ghosn". Sin embargo, no todo el mundo está a favor del nombramiento de Ghosn como presidente de una tercera marca. "Creo que tiene bastante trabajo que hacer en Renault y Nissan", dijo Hans-Peter Wodniok, analista con sede en Frankfurt, "debería ocuparse todo el tiempo en estas dos empresas en lugar de tomar otro trabajo en Japón", añadió.

Nissan declaró en mayo pasado que compraría un 34% en la participación de control de Mitsubishi en unos 237 millones de yens (u$s 2.300 millones), luego que la marca admitió haber falsificado el kilometraje del rendimiento de cuatro de sus modelos de minivehículos, dos de ellos producido por Nissan. Admisión de culpa que provocó una venta masiva de acciones de Mitsubishi.
En agosto, también se conoció que la marca había exagerado el kilometraje de ocho modelos adicionales, incluyendo los SUV Montero y Outlander, aunque el fabricante japonés culpó a la falta de comunicación, al gobierno y a la presión interna laxa por su falta de cumplimiento.
Mitsubishi tomará una decisión formal sobre la ejecución del nombramiento después de una junta de accionistas en diciembre, mientras que Nissan está lista para cerrar el acuerdo a finales de año.
Ghosn es muy apreciado en la industria del automóvil por su capacidad para revertir situaciones delicadas de empresas de bandera y es conocido por su, a menudo, brutal forma de encarar la reducción de costos de las mismas.
Luego que sus cambios radicales en Renault, a comienzo de la década de 1990, y en Nissan, en la década del 2000, Ghosn se ganó el apodo de "Killer Le Coste" (‘Asesino de Costos’), y en este contexto actual, habría que buscarle algún apodo por el lado del acopio o la acumulación, ya que podría convertirse en el líder del cuarto mayor grupo automovilístico del mundo, que reuniría, nada menos, que a Renault, Nissan y Mitsubishi.

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