Acostumbrado a verse en las páginas de economía de los periódicos, sin embargo, a Carlos Tavares tampoco le extrañará demasiado aparecer en las secciones deportivas de esos mismos medios.
Su vida siempre alternó ambas facetas, poco menos desde que accedió a la industria automotriz, al principio en Renault y ahora, como CEO de PSA.
Algo que, inclusive, dejaron traslucir los nombres propios de los planes estratégicos que impulsó a su llegada a este último grupo, ‘Bak To Race’ y ‘Push To Pass’, ambos, con indudable ascendencia deportiva.
Algo que se plasmará con una nueva presencia en la conducción de un auto de carrera de alto nivel, como será el Ligier JS P3 del reconocido equipo Oak Racing, biplaza que alternará con el francés Erik Maris, en la exigente pista belga de Spa-Francorchamps, que compartirá con otros 40 vehículos inscriptos.

Lo decíamos, esta no será la primera vez que Carlos Tavares entrará en una competencia.
Hace un par de años atrás, logró la victoria en su clase en las 24 Horas de Barcelona, con un antecedente mucho más significativo, ya que en su Portugal natal tuvo su propio equipo de Rally y Resistencia antes de los 30 años.
Consolidado en el grupo Renault-Nissan, ‘a la sombra’ de Carlos Ghosn, Tavares aceptó la gestión operativa del grupo PSA en 2014. Cuando afrontó la difícil misión de revivir, económica y estratégicamente al grupo, tarea que afrontó a partir de profundos planes de reconversión general, aunque, por lo visto, sin abandonar el deporte-motor, la otra pasión que comparte con la dirección general de uno de los grupos automotrices más importantes de Europa.

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