Brevísimas

OPINIÓN: EL SHOW DEL STC2000 NECESITA UNA CARRERA (Ver+)

09/09/2016.


Casi un clásico del STC2000, el callejero de Santa Fe, tiene todos los ingredientes para proponerse como un gran espectáculo, pero sigue penando la falta de deportividad…
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En los días previos, como sucedió en cada una de las presentaciones en el circuito callejero de Santa Fe, escuché hasta el cansancio la elemental frase, ”…esa inigualable sensación de estar a dos metros de autos que van a 200 km/h”, con la que, el autor, pareciera deslindar de toda otra responsabilidad a una prueba automovilística.
Me duele pensar que, el vocero de turno, lo diga ignorante de que se trata cuando hablamos de automovilismo, pero me dolería mucho más si creo que lo hace exprofeso, esgrimiendo, desde no sé que autoridad, un razonamiento tan básico como intencionado.
Me suena a argumento burdo, a mediocridad, ¿o acaso el autor de la frase cree, realmente, que es maravilloso estar en la esa situación por espacio de más de cinco minutos?, viendo siempre lo mismo, entre aturdido y perplejo…
Es cierto que es una instancia especial, pero solo una más de las muchas que conforman un acontecimiento deportivo que, como el automovilismo, tiene gran cantidad de matices muy ricos de apreciar.
Sin embargo, para que esto suceda, debe existir una competencia.
Lo visto en el callejero de Santa Fe, históricamente hablando, siempre fue una propuesta que se agota en aquella frase y en los momentos en que se juega una clasificación que, generalmente, suele sentenciar el destino de la carrera con 24 horas de anticipación.
Luego de eso, de lo que debería ser un verdadero acontecimiento deportivo, no queda nada, o muy poco.
Un monótono circular de autos en fila india, con algún que otro intento de sobrepaso, con algún que otro choque contra los muros, con algún que otro abandono…demasiado poco para el fenomenal entorno que propone el circuito callejero de Santa Fe y, sobretodo, de noche!!!.


Para que el aspecto deportivo cobre importancia, el callejero de Santa Fe debe ser veloz. No revirado como Montecarlo, sino rápido como Macao, con curvas de alta velocidad y muy técnicas, con “S” determinantes para lograr buenos tiempos, sin chicanas perversas, con exigencias superiores en lo conductivo, que no se agoten con una buena puesta a punto para clasificar y luego…a mirar por los espejos cuidando los frenos.
No faltará quien, con cierta razón, me diga que, en un circuito así, el costo del material puede ser muy alto (“nos traemos una docena de autos en una bolsa”), pero estamos hablando de CARRERAS DE AUTOS, ¿o no? Lo dijo el gran Stirling Moss, a propósito del asfaltado del exterior de la curva Parabólica de Monza, “es una barbaridad, no puede ser que el que se equivoque no pague”…
Siempre hubo riesgos en el AUTOMOVILISMO, pero de eso se trata.
Creo que por ese lado, también, habría que buscar la razón de la decadencia del automovilismo argentino.
Se intenta por todos los medios de promover “espectáculo” (inversión de grillas, largadas por sorteo, vuelta joker, etc) y la tendencia no cambia.
Es hasta lógico suponer que, después de ver Transformer o Ironman, ninguna persona pueda ser conmovido por una carrera de autos, por más disputada que esta sea. Pero lo que es peor, es que con esa infructuosa búsqueda de espectáculo, cada vez se le hacen menos concesiones al objetivo de un deporte superador y de calidad.
Creo que una parte de esto lo entendió el STC2000, con los “200 Kilómetros” y “El Callejero De Santa Fe”, carreras con destino de clásicos, que van en camino de convencer al público que el automovilismo también puede ser atractivo, a partir de valorarse por prestigio y credibilidad, aún sin convertirse en Transformer. Aunque para que esto ocurra, también habría que correr en el óvalo de Rafaela (sin chicanas), El Zonda de San Juan debería ser una fecha “obligatoria” con una disputa “tipo 100 o 200 millas”, hacer del torneo un calendario con un 50 ó 60% de clásicos y luego si, carreras al mejor postor o a quien haga mejor las cosas con puntaje y calificación para el año siguiente.
Eso se traduciría en ‘un campeonato de calidad deportiva’ algo que puede no sorprender al público, aunque si va a transmitirle la sensación de que ha pagado la entrada para ver un acontecimiento de un nivel muy superior al que le puede brindar, desde la pantalla, la dinámica delirante de Transformer…

ROD

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