MV Agusta tiene un legado único en el mundo de las motos, pero también una deuda de 40 millones de euros que condiciona su capacidad operativa.
Esta situación, es lo suficientemente propicia para Mercedes-Benz, desde 2014 dueña del 25% de la compañía italiana, para hacerse de la misma en su totalidad, o bien, acceder a su control a través de la adquisición de la mayoría de su paquete accionario.
Con intención de seguir siendo operativa, MV Agusta, presentó recientemente una intención de restructuración de la deuda que tiene con bancos y proveedores, de acuerdo a la versión oficial, aunque no se conocen hasta el momento los resultados de dicha gestión.
Solo este hecho, hace que la posición de la marca de motos sea bastante endeble, lo suficiente como para que se convierta en la oportunidad perfecta para que una asociada como Mercedes, pueda acceder a tomar las riendas de la compañía.

De acuerdo con distintos rumores en los medios de comunicación italianos, las negociaciones en ese sentido ya se habrían iniciado, sin embargo, el principal impedimento –según esos mismos rumores- sería la férrea actitud del actual dueño del 75% de la empresa, Giovanni Castiglioni, de no ceder el comando de la misma a otros grupos ó entidades.
Es más, se dice que el propio Castiglioni estaría llevando a cabo reuniones con Investindustrial, ex-propietaria de Ducati, para fraccionar el paquete accionario de MV Agusta en tres partes, reteniendo la mayoría para si, y con ello, el control de la compañía.
Sin embargo, las anteriores experiencias al respecto, no fueron positivas para MV Agusta, con los retiros de los ex-asociados Harley Davidson y Protón.
Esto, más el inicio de las ventas de motos de la marca en algunos concesionarios Mercedes de Europa y la presencia de AMG como patrocinante de las MV oficiales en el mundial de Superbikes, no hacen más que poner a Mercedes en la antesala de lo que podría ser un hecho relevante.