Todavía muy camuflado, casi deformado por la intervención, se puede advertir un frontal bastante diferente que adelanta cambios en el tope de gama de la Clase “E” de Mercedes.
No es para menos, si se propone ser el vehículo-insignia de una de las divisiones más exclusivas de la marca alemana.
El emblemático frontal propone tomas dinámicas más grandes, una parrilla más deportiva y un capot más musculoso…Sin embargo, lo que importa es lo que guarda.
Sin precisiones, todo hace suponer que allí estará la razón de su existencia, el V8 doble turbo de 4.0 litros que, orillando los 600 CV, se hará oír a través de cuatro tubos de escape que, flanqueando el difusor trasero, encantarán a fanáticos y desavisados.
Acompañarán la entrega, frenos muy mejorados (carbocerámicos?) y una aerodinámica que, según se adelanta, lo civilizará por encima de los 300 km/h…