Deporte
TECNOLOGÍA DEL WEC
EL MOTOR DEL PORSCHE 919, CAMPEÓN DE LA EFICACIA
13/03/2016. El pequeño V4 a 90º de 2.0 litros que orilla los 500 CV es un ejemplo en materia de rendimiento general que, además, forma parte del sistema híbrido de impulsión y de la estructura del auto más coronado en 2015…
Paralelamente con la finalización de las exitosas pruebas en Abu Dhabi hace pocos días atrás, Porsche reveló las primeras imágenes y cierta información sobre el motor que impulsó al 919 que se alzó con la victoria nº 17 de la marca en las 24 Horas de Le Mans (1º y 2º puesto), el Campeonato Mundial de Marcas y el de Pilotos en 2015.
Se trata de un motor turbo de combustión interna, cuatro cilindros, que opera sobre el eje trasero; mientras que el auto, cuenta con un sistema de recuperación de energía a través de los gases de escape y con la última tecnología en baterías de iones de litio, para el almacenamiento de energía que se trasmite al tren delantero.
Un formato a través del cual, Porsche estableció nuevos estándares en la especialidad técnicamente más exigente de cuanta categoría disputa campeonatos mundiales de automovilismo.
Concepto que ya es motivo de atracción en distintas manifestaciones, desde carreras hasta exposiciones y, por supuesto, en el Museo Porsche de Stuttgart-Zuffenhausen.
La notable unidad campeona del mundo, con solo 2.0 litros, es probablemente, el motor más eficiente que haya fabricado Porsche hasta el momento, hecho avalado porque hasta se convirtió en iniciador de tendencias, a partir que fue punto de partida para la nueva serie de motores 718 de la marca (utilizados por Cayman y Boxster).
A tal punto, que llevó al DT responsable del proyecto 919 –hoy alejándose de función y marca- Alexander Hitzinger a decir, “desde el principio, proyectamos un concepto valiente, pero también fue un concepto correcto, que ahora está dando sus frutos…”.
El pequeño V4 a 90º de 2.0 litros (cuatro árboles de levas a la cabeza, 16 válvulas, inyección directa, turbo, etc) fue la primera configuración de este tipo (número de cilindros, disposición y cilindrada) en ganar las 24 Horas de Le Mans, con un rendimiento que orilló los 500 CV (unos 250 CV/litro) que, sin embargo, en 2016 verá mermada su potencia.
Efectivamente, para esta temporada se implementaron nuevas reglas para todos los LMP1-H (Clase 1 de Prototipos Le Mans-Híbridos) que obligan a una menor cantidad de consumo de combustible por vuelta, lo que sin duda incidirá directamente en la potencia de los motores convencionales (en el caso de Porsche se habla de un 8% menos).
No obstante, esta medida está directamente relacionada con la obtención de una mayor eficiencia energética a través distintos sistemas de recuperación, lo que, de acuerdo al criterio del WEC, implica una reducción proporcional de la cantidad de combustible por vuelta a ser utilizada en carrera.
Esta combinación, entre un motor convencional aplicado al tren trasero, con un sistema de recuperación y entrega de potencia en formato eléctrico sobre el tren delantero, le proporciona al Porsche 919 unos 900 CV, cifra que fue mayor durante 2015 a partir de lo dicho –orillaban 1.000 CV- y que estuvo por encima de la obtenida por las unidades de potencia de los F1 de esa misma temporada.
Se trata de un motor turbo de combustión interna, cuatro cilindros, que opera sobre el eje trasero; mientras que el auto, cuenta con un sistema de recuperación de energía a través de los gases de escape y con la última tecnología en baterías de iones de litio, para el almacenamiento de energía que se trasmite al tren delantero.
Un formato a través del cual, Porsche estableció nuevos estándares en la especialidad técnicamente más exigente de cuanta categoría disputa campeonatos mundiales de automovilismo.
Concepto que ya es motivo de atracción en distintas manifestaciones, desde carreras hasta exposiciones y, por supuesto, en el Museo Porsche de Stuttgart-Zuffenhausen.
La notable unidad campeona del mundo, con solo 2.0 litros, es probablemente, el motor más eficiente que haya fabricado Porsche hasta el momento, hecho avalado porque hasta se convirtió en iniciador de tendencias, a partir que fue punto de partida para la nueva serie de motores 718 de la marca (utilizados por Cayman y Boxster).
A tal punto, que llevó al DT responsable del proyecto 919 –hoy alejándose de función y marca- Alexander Hitzinger a decir, “desde el principio, proyectamos un concepto valiente, pero también fue un concepto correcto, que ahora está dando sus frutos…”.
El pequeño V4 a 90º de 2.0 litros (cuatro árboles de levas a la cabeza, 16 válvulas, inyección directa, turbo, etc) fue la primera configuración de este tipo (número de cilindros, disposición y cilindrada) en ganar las 24 Horas de Le Mans, con un rendimiento que orilló los 500 CV (unos 250 CV/litro) que, sin embargo, en 2016 verá mermada su potencia.
Efectivamente, para esta temporada se implementaron nuevas reglas para todos los LMP1-H (Clase 1 de Prototipos Le Mans-Híbridos) que obligan a una menor cantidad de consumo de combustible por vuelta, lo que sin duda incidirá directamente en la potencia de los motores convencionales (en el caso de Porsche se habla de un 8% menos).
No obstante, esta medida está directamente relacionada con la obtención de una mayor eficiencia energética a través distintos sistemas de recuperación, lo que, de acuerdo al criterio del WEC, implica una reducción proporcional de la cantidad de combustible por vuelta a ser utilizada en carrera.
Esta combinación, entre un motor convencional aplicado al tren trasero, con un sistema de recuperación y entrega de potencia en formato eléctrico sobre el tren delantero, le proporciona al Porsche 919 unos 900 CV, cifra que fue mayor durante 2015 a partir de lo dicho –orillaban 1.000 CV- y que estuvo por encima de la obtenida por las unidades de potencia de los F1 de esa misma temporada.