Industria Automotriz
SEGURIDAD BAJO LA LUPA
NCAP GLOBAL, “EN 2020 NO PERMITIREMOS CERO ESTRELLAS”
26/02/2016. Así lo manifestó David Ward, secretario general de NCAP Mundial, en una nota exclusiva brindada al prestigioso medio inglés Autocar, parte de la cual reproducimos a continuación. Entre otras cosas, la entidad aseguró que “en la actualidad, un 20% de los autos que se venden no cumplen con las normas mínimas de protección ante choques recomendadas por Naciones Unidas”…
Según destacó Ward en Autocar, “los argumentos actuales que manifiestan los fabricantes de vehículos, de porqué ellos no cumplen con los estándares mínimos, son absurdos, pero los reguladores de las normas y los consumidores no quedarán impasibles ante esto”.
La norma 924 de Naciones Unidas establece pautas mínimas para un accidente a 56 km/h que exigen, “una estructura de choque básica y un solo airbag”, pero en varios casos no se respeta y, en la mayoría, se cumple a regañadientes.
“Las excusas de algunos fabricantes –continúa Ward- es que tienen que construir vehículos baratos para atraer a los que quieren pasar de la moto al auto por poca diferencia, pero no hay evidencia real para apoyar esta afirmación”.
“Los compradores de autos –insistió Ward- merecen un nivel básico de seguridad y el costo de dicha prestación es pequeño, ya sea a través de una mejor ingeniería de plataformas globales o bien con invertir apenas u$s 50 en un airbag. Los argumentos en contra esto son, simplemente, absurdos”.
En este contexto, el secretario general de NCAP Global, consideró clave el ajustar las normas en mercados emergentes, como Brasil y la India, reafirmando el compromiso de la organización que comanda para erradicar todos los vehículos que obtengan “Cero Estrellas” en pruebas de choque para 2020.
“A medida que pasa el tiempo, los usuarios de vehículos, mejoran su comprensión de lo que se requiere en materia de seguridad y los fabricantes que no cumplan en sus vehículos con normas mínimas al respecto, quedarán en desventaja comercial”, sentenció Ward, refiriéndose elípticamente a la controversia que enfrentó a la entidad con Mary Barra, CEO de General Motors, quien defendió la decisión de la empresa que comanda de no equipar con airbag a algunos modelos del grupo que se comercializan en América Latina (por ejemplo, el Chevrolet Aveo).
Barra hizo hincapié en la necesidad de motorizar a distintos públicos, “que ni siquiera tienen la posibilidad de transporte”, sin embargo, la ejecutiva de GM debería pensar, ante otro arrebato tan “generoso” como este, en las condiciones de seguridad que deberían tener dichos vehículos, ya que no sólo está en riesgo la integridad del propio usuario, sino la de muchos otros que comparten las calles o rutas con este.
Pero esto último, no es muy tenido en cuenta por una “moral empresaria” poco menos que inexistente, en este como en otros casos, “moral” que a duras penas sostienen los innumerables departamentos de RSE (Responsabilidad Social Empresaria) que solo parecen haber sido creados, precisamente, para tratar de mantenerla…”pero no tanto”.
Esto reabre el tema de los vehículos ultra baratos para mercados emergentes (Tata Nano, Datsun Go, Suzuki-Maruti Alto, Chevrolet Aveo, etc), poco menos que un boom en los titulares de los medios de Occidente, con sus predicciones respecto a lo revolucionario de la movilidad personal y que, sin embargo, aún no han demostrado su validez con incrementos en las ventas que sigan justificando su venta y permanencia en los distintos mercados y con un agravante tremendo por su condición de vehículos, definitivamente, peligrosos.
La norma 924 de Naciones Unidas establece pautas mínimas para un accidente a 56 km/h que exigen, “una estructura de choque básica y un solo airbag”, pero en varios casos no se respeta y, en la mayoría, se cumple a regañadientes.
“Las excusas de algunos fabricantes –continúa Ward- es que tienen que construir vehículos baratos para atraer a los que quieren pasar de la moto al auto por poca diferencia, pero no hay evidencia real para apoyar esta afirmación”.
“Los compradores de autos –insistió Ward- merecen un nivel básico de seguridad y el costo de dicha prestación es pequeño, ya sea a través de una mejor ingeniería de plataformas globales o bien con invertir apenas u$s 50 en un airbag. Los argumentos en contra esto son, simplemente, absurdos”.
En este contexto, el secretario general de NCAP Global, consideró clave el ajustar las normas en mercados emergentes, como Brasil y la India, reafirmando el compromiso de la organización que comanda para erradicar todos los vehículos que obtengan “Cero Estrellas” en pruebas de choque para 2020.
“A medida que pasa el tiempo, los usuarios de vehículos, mejoran su comprensión de lo que se requiere en materia de seguridad y los fabricantes que no cumplan en sus vehículos con normas mínimas al respecto, quedarán en desventaja comercial”, sentenció Ward, refiriéndose elípticamente a la controversia que enfrentó a la entidad con Mary Barra, CEO de General Motors, quien defendió la decisión de la empresa que comanda de no equipar con airbag a algunos modelos del grupo que se comercializan en América Latina (por ejemplo, el Chevrolet Aveo).
Barra hizo hincapié en la necesidad de motorizar a distintos públicos, “que ni siquiera tienen la posibilidad de transporte”, sin embargo, la ejecutiva de GM debería pensar, ante otro arrebato tan “generoso” como este, en las condiciones de seguridad que deberían tener dichos vehículos, ya que no sólo está en riesgo la integridad del propio usuario, sino la de muchos otros que comparten las calles o rutas con este.
Pero esto último, no es muy tenido en cuenta por una “moral empresaria” poco menos que inexistente, en este como en otros casos, “moral” que a duras penas sostienen los innumerables departamentos de RSE (Responsabilidad Social Empresaria) que solo parecen haber sido creados, precisamente, para tratar de mantenerla…”pero no tanto”.
Esto reabre el tema de los vehículos ultra baratos para mercados emergentes (Tata Nano, Datsun Go, Suzuki-Maruti Alto, Chevrolet Aveo, etc), poco menos que un boom en los titulares de los medios de Occidente, con sus predicciones respecto a lo revolucionario de la movilidad personal y que, sin embargo, aún no han demostrado su validez con incrementos en las ventas que sigan justificando su venta y permanencia en los distintos mercados y con un agravante tremendo por su condición de vehículos, definitivamente, peligrosos.