La adquisición de la totalidad del paquete accionario de Daihatsu, se dio a conocer luego que, en los últimos días, Toyota negara la posibilidad de un posible vínculo con Suzuki y como parte de una estrategia tendiente a fortalecer su incursión con vehículos pequeños en mercados emergentes.
Ambas partes tienen la intención de desarrollar Daihatsu como una marca global, aunque centrada en los crecientes mercados de autos chicos, debido a la expansión de estos por cuestiones de desarrollo económico y, como gran parte de otros escenarios, también preocupados por cuestiones ambientales y de tráfico.
Tanto Toyota como Daihatsu se verán beneficiadas, ya que la primera –poseedora del 51,2% de la segunda- podrá aprovechar mejor a la marca de menor costo, mientras que Daihatsu podrá adoptar tecnologías de próxima generación desarrolladas por Toyota.

Está última, adquirirá las acciones restantes para completar el total, mediante el canje de 0,26% de cada acción propia por el 100% de cada acción de Daihatsu, valores que serán excluidos de la cotización en bolsa luego del próximo 26 de julio.
Daihatsu está especializada en los kei-cars de 660 cm3 y compite duramente con Suzuki por este segmento en Japón, donde cada una tiene alrededor del 30% del mercado.
Sin embargo, este ámbito está siendo jaqueado por una sociedad que envejece rápidamente y se nota una falta de interés por la propiedad de autos entre los jóvenes, por lo que para Daihatsu, el acuerdo con Toyota, sería una buena ocasión de expandirse a nivel global.
Donde, por ejemplo, tiene una cuota del 16,2% del mercado de autos en Indonesia, un 32,5% del mercado en Malasia (operando conjuntamente con una firma local) y exporta a Europa y Norteamérica, donde algunos de sus vehículos se venden bajo la marca Scion de Toyota.