La nueva pick up Jeep, se construirá en la legendaria planta de Toledo, que albergara durante muchos años a uno de los vehículos más icónicos de la marca, el Wrangler.
Precisamente, por esta afinidad que supone la utilización de la misma base, ambos modelos se producirán “lado a lado” en el establecimiento citado, aunque su lanzamiento estará desfasado.
Se espera un nuevo Wrangler que iniciaría su comercialización a principios de 2017, mientras que la pick up llegaría a mitad o en el último trimestre de ese mismo año.
Una de las cuestiones que impulsó finalmente el tema, más allá que Marchionne siempre tuviera en mente el tema de la pick up Jeep, fue la gran demanda del kit Mopar JK8 durante los últimos cuatro años, que convierte al Wrangler en una pick up de “cabina y media” ó “cabina extendida”.
Con esto, el reconvertido Wrangler se transforma en lo más parecido al Jeep Gladiator concept de 11 años atrás, vehículo que tuvo tanta aceptación, que determinó que comenzara a venderse el kit de Mopar desde hace nueve años.