El responsable de la defensa de la autenticidad del nuevo Alfa Romeo Giulia, fue el propio jefe de diseño de la marca, Alessandro Maccolini, durante una jornada realizada en una comunidad de diseño en Mantova, Italia.
Sus comentarios se ampliaron a una expresión de deseos, “Alfa estaría satisfecha, además, si el Giulia pudiese igualar el éxito del 156”, modelo que en 2000 llegó a un máximo de 120.000 unidades vendidas en el mundo.
Un pasado mucho más gratificante que la realidad actual, en parte provocado por la disminución de modelos de la marca, que hoy solo cuenta con dos modelos de volumen, el MiTo y la Giulietta, y uno de nicho, el 4C, que llevaron a que se vendieran durante 2014 menos de 70.000 vehículos.
Bastante por debajo de las aspiraciones que tiene Alfa Romeo para la nueva etapa que se inicia con el Giulia, que pretende ventas globales de unas 400.000 unidades.

Sin embargo, tomando como cierto lo expresado por el jefe de diseño de la marca, algunos detalles equiparan a la única versión conocida del Giulia, la Quadrifoglio, no solo con uno de los BMW más relevantes, el M3, sino también con el Mercedes-Benz Clase “C” AMG: por ejemplo, una versión del motor V6 de origen Ferrari-Maserati de 510 CV que le permiten una máxima de 305 km/h.
Este escenario, el de las versiones deportivas de productos de volumen, donde la imagen y el prestigio se juegan de manera bastante más intensa, sin embargo, está supeditado al respaldo que brindan los números de ventas y ese, en definitiva, es el objetivo principal del tan ansiado nuevo despegue de Alfa Romeo.