Con el concept RX-Vision , Mazda reveló en el Salón de Tokio su firme intención de volver a tener un deportivo al mejor estilo tradicional –“motor delantero, capot largo y conductor sentado sobre la bocha del diferencial”- que sea “una visión para el futuro que alberga el alma de Mazda”.
Espíritu que, en este caso, reaparece con otra propuesta fundamentalista de la marca, el motor rotativo.
Esto nos remite a la famosa cupé RX-7 (1978-2002), de larga y calificada trayectoria en Argentina y en el mundo, que fuera poco menos que una declaración tecnológica de la compañía.

Concepto que Mazda llevó hasta su máxima consecuencia cuando, en 1991, se convirtió en la primera –y hasta el momento, única- marca japonesa en alzarse con las 24 Horas de Le Mans (con el Type 878B, propulsado por un motor con cuatro rotores y alrededor de 700 CV).
En Tokio, la marca confirmó su intención de reflotar el motor rotativo luego de cancelar el RX-8, último exponente del concepto, en 2012, muy condicionado por las nuevas normas de emisiones que comenzaban a aparecer.

Tema que habría sido subsanado a partir de que si bien Mazda no tenía en circulación un vehículo con motor rotativo de serie, ello no impidió que continuara trabajando en dicha configuración, tal como lo sugirió el CEO de la compañía Masamichi Kogai, “…algún día, reaparecerá, siempre lo dijimos. Nunca dejaremos de afrontar el reto de ofrecer un nuevo rotativo que renueve el placer de conducir clásico de los autos de la marca”.
Además de un ensayo de diseño muy atractivo, que también reflota una silueta que encanta a los amantes de los deportivos tradicionales (tiene un largo de 4m39), pudo saberse que el nuevo vehículo derivado de este RX-Vision podría aparecer en 2018, coincidiendo con el 40º aniversario del lanzamiento del RX-7 original.