La marca ya recortó los turnos sabatinos en su planta de Puebla, ubicada a unos 140 kilómetros de Ciudad de Méjico, como primera acción de lo que se anticipa como una serie de medidas consecuentes con la nueva toma de posición del grupo alemán, obligada por la que, sin dudas, es la mayor crisis de su historia.
Este panorama, ha comenzado a preocupar a los más de 15.000 operarios de dicha fábrica, la más grande e independiente de la marca después de Wolfsburg, la planta central.
Contribuye a esta preocupación la negativa de VW de proporcionar información, lo que ha dado lugar a una frase que hoy es común en boca de la mayoría de los afectados, “…y lo que más preocupa es que no sabemos lo que vendrá”.
Las especulaciones no alivian la tensión: VW todavía no comunicó como va a manejar el gigantesco recall de unas 11 millones de unidades involucradas en todo el mundo y no son mejores las perspectivas que proporcionó la cámara de industria y comercio de Méjico, con otra frase que causó escozor, “congelamiento de las contrataciones”.

Otro factor que aumenta la preocupación general, ya que la inversión de u$s 1.000 millones anunciada algún tiempo atrás para la ampliación de la planta, aún no ha sido rubricada y por estos momentos, no es tema ni siquiera de especulación, cosa que, en el mejor de los casos, podría significar una demora por tiempo indeterminado.
Alrededor del 20% de los 207.000 vehículos que salieron de Puebla rumbo a EE.UU en 2014, estaban equipados con el motor cuestionado, lo que, ante la imposibilidad de seguir comercializando un número similar de unidades hacia el mismo destino, afectará seriamente la producción de la planta.
Con una industria automotriz que ha sido un gran ariete en la economía del país en los últimos dos años, VW tiene uno de los mayores activos en esa historia, como lo es una trayectoria que arrancó fabricando el legendario Beetle para EE.UU en 1967.
Por otra parte, VW es más que una planta en Puebla, representa aproximadamente una cuarta parte del producto bruto interno del estado, con un gran parque industrial de proveedores y un sector de servicios, que surgió en torno a la planta, que ha creado unos 70.000 puestos de trabajo, directos e indirectos, de acuerdo a un informe de la cámara de comercio (Canacintra).

Cinco escuelas (algunas con opción a carreras técnicas), el boulevard gastronómico Vía Volkswagen, un club deportivo que lleva el nombre del grupo e incluye hasta una pista de atletismo, hablan de lo que significa VW para ese sector del país.
Una importancia que, probablemente, quede mejor graficada con la gestión del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle quien, en una muestra de apoyo y compromiso con la compañía, declaró una compra de 200 unidades extra de la marca para patrullaje, con intención de contribuir a paliar la crisis que se avecina.