Especiales
EN FOCO
LES HUNAUDIÈRES, EL VÉRTIGO HECHO LEYENDA…
02/10/2015. Casi la mitad del circuito de La Sarthe, donde se corren las 24 Horas de Le Mans, le corresponden a una recta donde en 1988 se superaron los 405 km/h…
Cuando antes de 1990, la recta de Les Hunaudières todavía no tenía las dos chicanas con la que hoy la conocemos, los pilotos decían que era, “el único lugar donde se podía descansar un poco”, luego de pasar por los restantes vericuetos de los más de 13 kilómetros del circuito de La Sarthe, durante la disputa de las 24 Horas.
Singular forma de reposo, que los llevaba a… ¡relajarse a 400 km/h!!!, como pudo comprobarse en 1988 cuando, el WM Peugeot de Roger Dorchy, superó los 405 km/h en la recta de más de seis kilómetros que une a las curvas de Tetre Rouge con Mulsanne, más conocida como Les Hunaudières.
Todos, junto con Maison Blanche, Arnage, la “S” de La Foret y más cerca en el tiempo, la curva Dunlop, Indianápolis, las “S” de Porsche, la chicana Ford, convertidos en nombres legendarios por obra y gracia de los más de 90 años de leyenda que tiene la manifestación deportiva más importante del mundo, según National Geographic (calificándola por encima de los Juegos Olímpicos, el Mundial de Fútbol, el Super Bowl, Wimbledon, el Master de Augusta, el Derby de Kentucky, el Abierto de Polo argentino, entre otros).
Les Hunaudières, a pesar de las dos chicanas que citamos, no ha perdido su encanto, su desafío y ni su propósito…
Todavía es el lugar más veloz del circuito con casi 350 km/h (antes de la primera chicana, lo alcanzó el Audi R18 de André Lotterer en la edición 2015 de las 24 Horas). Este tramo de ruta, generalmente abierto al tráfico normal durante el año, es el lugar de experimentación ideal para limpiaparabrisas, iluminación, frenos, etc. Y pese a las dos chicanas (bautizadas PlayStation y Michelin) que no lo privaron de su especificidad, han convertido el circuito en un escenario “todavía más técnico”, al decir del legendario Mario Andretti.
Y nadie más indicado para el apunte que el ítalo-americano que conoció el circuito antes y después de la instalación de las chicanas…
Singular forma de reposo, que los llevaba a… ¡relajarse a 400 km/h!!!, como pudo comprobarse en 1988 cuando, el WM Peugeot de Roger Dorchy, superó los 405 km/h en la recta de más de seis kilómetros que une a las curvas de Tetre Rouge con Mulsanne, más conocida como Les Hunaudières.
Todos, junto con Maison Blanche, Arnage, la “S” de La Foret y más cerca en el tiempo, la curva Dunlop, Indianápolis, las “S” de Porsche, la chicana Ford, convertidos en nombres legendarios por obra y gracia de los más de 90 años de leyenda que tiene la manifestación deportiva más importante del mundo, según National Geographic (calificándola por encima de los Juegos Olímpicos, el Mundial de Fútbol, el Super Bowl, Wimbledon, el Master de Augusta, el Derby de Kentucky, el Abierto de Polo argentino, entre otros).
Les Hunaudières, a pesar de las dos chicanas que citamos, no ha perdido su encanto, su desafío y ni su propósito…
Todavía es el lugar más veloz del circuito con casi 350 km/h (antes de la primera chicana, lo alcanzó el Audi R18 de André Lotterer en la edición 2015 de las 24 Horas). Este tramo de ruta, generalmente abierto al tráfico normal durante el año, es el lugar de experimentación ideal para limpiaparabrisas, iluminación, frenos, etc. Y pese a las dos chicanas (bautizadas PlayStation y Michelin) que no lo privaron de su especificidad, han convertido el circuito en un escenario “todavía más técnico”, al decir del legendario Mario Andretti.
Y nadie más indicado para el apunte que el ítalo-americano que conoció el circuito antes y después de la instalación de las chicanas…