Según se supo, modelos Jetta (Vento), Beetle, Golf y Audi A3 fabricados entre 2009 y 2014 y Passat 2014/15, todos propulsados con motores diesel de cuatro cilindros, son los señalados como equipados con un dispositivo de desactivación que les permite afrontar en forma “más eficiente” las pruebas de emisiones de gases oficiales llevadas a cabo por la autoridad pertinente de EE.UU.
El tema salió a la luz cuando la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) revelaron hallazgos surgidos mientras probaban vehículos diesel del grupo VW, que revelaron dichas manipulaciones que violan las normas ambientales estadounidenses.
VW se enfrenta a multas de hasta u$s 18.000 millones y una reacción pública posterior quizás peor que la pena, luego que admitió que el software diseñado para los citados vehículos de la marca, así como de unidades equipadas con los mismos motores de Audi, entregaron datos de emisiones falsos.
La primera reacción en el plano bursátil fue una caída de las acciones del grupo en la bolsa de Frankfurt de hasta 23%, mientras que diversos analistas internacionales coincidieron en sus diferentes resúmenes.
Para Arndt Ellinghorst, de Evercore ISI de Londres: “un acto digno de un garaje de a la vuelta de tu casa”.
Según los analistas de Bernstein: “este no fue un problema de mantenimiento, un error de calibración o inclusive una falla de seguridad grave. No hay forma de verlo desde ninguna perspectiva optimista”.
Ferdinand Dudenhoeffer, director del Centro de Investigación Automotriz de la Universidad Duisburg-Essen, apuntó: “en su gestión como jefe de I+D de VW, Winterkorn debería haber sabido acerca de la manipulación y si no fuera así, deja en claro que no tiene las cosas bajo su control, debería renunciar”.
El perjuicio podría ser todavía más grande para el productor de vehículos diesel líder en EE.UU, que hasta perdería la certificación de EPA para todos los modelos 2016 equipados con esta configuración de motor.