El stand de Ferrari en el Salón de Frankfurt fue testigo de la definición del futuro de la marca, casi un secreto a voces que la alineará definitivamente con los deportivos de alta gama.
“Hemos estado perfeccionando nuestro concepto de la construcción de vehículos deportivos de dos puertas durante 60 años y, precisamente, ese es uno de los puntos fuertes de Ferrari: haber trabajado de manera coherente en un segmento bien definido”, respondió Amedeo Felisa, CEO de Ferrari, ante el bombardeo de preguntas.

En medio del furor por las tendencias SUV y eléctricos, que marcó en forma indeleble a este salón alemán, Ferrari lanzó su bellísima 488 Spider, casi a escondidas, como el más tímido de los fabricantes de vehículos de culto.
Sin embargo, cada declaración del hombre del Cavallino tuvo, más que la contundencia de sus palabras, el peso propio de la leyenda de la marca.
“No es que nosotros no estamos planeando un SUV por ahora –continuó Felisa- no lo estamos planeando en absoluto. Y tampoco estamos desarrollando un vehículo totalmente eléctrico porque, una de las características de Ferrari es el sonido del motor, y un auto eléctrico no hace ningún sonido”…

Semejantes declaraciones casi marginaron al V8 más potente de Maranello con 660 CV, un precio declarado de 235.000 euros, la sorpresa de una capota tipo hard top que se rebate en apenas 14 segundos, un chasis que incorpora 11 aleaciones diferentes de aluminio y que tiene un 23% más de rigidez torsional respecto a la 458 y un 0 a 100 en solo tres segundos…
La nueva Ferrari 488 Spider es la prueba palpable de la filosofía-Ferrari en si misma.
Con soluciones tan tecnológicas y actualizadas como cualquier modelo de última generación, pero con todo lo que significa el nombre Ferrari como deportivo de raza.