Sergio Marchionne tomó la posta de Luca di Montezemolo en Ferrari en 2014, gestión que sumó a su condición de líder del grupo FCA, con el nada secreto deseo de cambiar la suerte del equipo de F1, según el italiano, la clave para que, “Ferrari siga siendo Ferrari”. A pesar de los éxitos comerciales de la marca en la venta de superdeportivos, Marchionne insiste, “…no hay nada en el mundo que se parezca a Ferrari. Una comparación con otra marca es irrelevante, es el corazón de nuestra marca el que está corriendo y esto no es por accidente, no somos Aston Martin”.
El ejecutivo amplió con que la influencia de las carreras siempre fue muy evidente en los autos de calle, especialmente, para convertirlos en vehículos “poco normales” y puso este ejemplo: “La Ferrari FF tiene tracción integral, cuatro asientos y cuesta más de un millón de dólares. Pero, si se lo propone, también puede ir a 320 km/h y esto no es común a cualquier auto !!!... Respiramos y vivimos por las carreras”.

Y continuó, “cuando Ferrari pierde, no es bueno, nadie se siente bien. Volver a ganar nos puede llevar dos o tres años (ndlr, no lo hacen desde principios de 2013) pero seguimos intentándolo con el corazón, porque toda la tecnología de los autos de calle, tiene el mismo corazón que la Ferrari de carrera”.
Poco después de estas desperdigadas definiciones de Marchionne a la revista especializada inglesa Autocar, Sebastien Vettel comenzaba a satisfacerlo.
En Australia, el tetracampeón alemán, daba el primer paso para el renacimiento deportivo de la marca subiéndose por primera vez al podio con una Ferrari…