“Sabemos que la producción en masa de este auto no costaría más que hacer un Clio DCi” (unos u$s 23.900 en Francia), declaró Thierry Bolloré, director de competitividad de Renault a Automotive News, cuando el Eolab (presentado aquí el 18-09-14) se develó en el Salón de París.
Sin embargo, el ejecutivo también destacó que el mantenimiento posterior del auto, equipado con elementos fabricados en materiales sofisticados era muy caro, a diferencia de lo que habría que gastar por similares elementos hechos en materiales tradicionales.
No obstante, mientras la decisión final sigue debatiéndose, Bolloré le dio vida a gran parte de las innovaciones del prototipo, a partir de admitir que varias de las 110 soluciones que presenta el vehículo, se utilizarán en futuros modelos de Renault.
Novedades entre las que se destacan, el cuidado aspecto aerodinámico, un 30% mejorado respecto al Clio normal, y el tren híbrido de propulsión (compuesto por un naftero tricilíndrico de 75 CV y un motor eléctrico de 68 CV) que, según Bolloré, “es el tipo de solución híbrida que será visto en los futuros autos de Renault”.

Con un rendimiento de 100 kilómetros por litro de combustible y su rango más bajo de emisiones en alrededor de 22 gr/km de CO2, el Eolab, garantizaría una buena compensación para los inconvenientes que plantean los vehículos más grandes de Renault ante la aplicación de los límites de emisiones propuestos por la Union Europea, de 95 gr/km de CO2 para 2020 como promedio para las flotas de las marcas.
O sea que la entrada en producción del Eolab es casi un tema de estado para Renault, interesada en hacer vehículos accesibles para todo el mundo, pero también productos que la representen cabalmente desde la imagen, la sofisticación y la performance.