Sergio Marchionne anunció en París que el próximo Wrangler podría ser más sofisticado, con presencia de aluminio, motores turbo y un chasis moderno y que dejaría de hacerse en la clásica planta de Toledo, Ohio (La Cuna del Wrangler).
Esto le daría lugar en línea de montaje a un vehículo con chasis tradicional tipo escalera, con largueros de hierro, más largo y robusto que el de la versión Unlimited del Wrangler que podría ser la base ideal para una pick up Wrangler (¿Gladiator?) y que, además, no solo calmaría a los más acérrimos defensores del tradicional Jeep, sino también a los descontentos operarios de la legendaria fábrica de Ohio.

De acuerdo con las declaraciones de Marchionne, si el Wrangler cambia tan drásticamente como él anunció, su producción debería trasladarse a una planta más moderna, más flexible y más grande en Illinois o Michigan, lo que en principio, provocó cierta rispidez en los responsables y operarios de la factoría de Toledo, convencidos por las palabras que había pronunciado el CEO italiano en enero de este año, respecto a que “el Wrangler siempre se fabricará en Toledo”.
La maniobra que afectó, tanto a los operarios de la tradicional planta como a los fanáticos del Wrangler, sin embargo, tendría la segunda parte que anticipamos, lo que no solo calmaría los ánimos más afectados, sino que propiciaría que Jeep tuviese, por fin, su tan rumoreada pick up, vehículo que se descuenta, será prontamente aceptado, sobretodo, por los americanos más tradicionalistas.