Creo que de tanto buscar formatos que brindaran carreras espectaculares, la F1 se fue poco menos que olvidando de su verdadera esencia.
Bombardeada por los entretenimientos virtuales, en plena era de Transformers, con héroes que escalan rascacielos, perforan edificios y matan centenares de enemigos en un abrir y cerrar de ojos, el auge del kickboxing y otras actividades extremas, la F1, y en general el automovilismo, quedó como una actividad cuasi pasiva, de segundo orden en materia de espectacularidad y dinamismo.
Y luego de cambios con escasa validez deportiva (neumáticos ranurados, paradas ficticias, el perverso DRS y otros anabólicos poco genuinos) que no modificaron demasiado su dinámica, la categoría comenzó este año un camino decididamente peligroso, centrándose en aspectos negativos y no en la promoción de sus virtudes. Avalado por críticas por el sonido de los motores, la estética de los autos, la propulsión híbrida, etc, etc, que provocaron una crisis de confianza en el público que afectó, principalmente, a la audiencia televisiva.

Es cierto que el cambio reglamentario implementado desde 2014 fue una cuesta demasiado empinada de remontar, pero no es menos cierto que se imponía un golpe de timón tecnológico de acuerdo a los tiempos que se viven y que, además, la sacudieran de una especie de letargo que la encorsetaba hasta límites insospechados (los motores V8/2.4 litros eran los mismos que los V10/3.0, pero con dos cilindros menos…).
Sin el sonido que la caracterizó en gran parte de su ejercicio, con problemas de dentición propios de cualquier actividad incipiente, estética muy poco feliz, control sobre el consumo de combustible y el dominio abrumador en la primera parte del año del equipo Mercedes, hasta el menos iluminado sintió que tenía razones suficientes para criticar esta nueva etapa que se inició en Australia 2014.
Sin embargo, antes del primer paréntesis de la temporada, ya se percibió que las cosas estaban cambiando.

Muy buenas carreras en Canadá, Austria y Hungría, sobretodo, comenzaron a perfilar de otra forma la temporada, al punto que provocaron que algunos temas comenzaran a percibirse con perspectiva diferente… En el informe de Autosport, Eric Boullier, DD de Mc Laren, apuntaba “la F1 se está disparando en su pie…”, en clara alusión a no aprovechar sus virtudes y continuó, “todo el mundo está criticando, pero hemos tenido grandes carreras los últimos fines de semana. La F1 debe comprometerse más con los aficionados y participar más de las nuevas tecnologías”.
Preocupado por la crisis de popularidad, Bernie Ecclestone, creó un grupo de trabajo y estudia el fenómeno, sin embargo, para Niki Lauda, “los promotores de las carreras deberían de mirar lo que se hizo en Spielberg. Red Bull es una organización profesional que en tres días vendió 80.000 entradas haciendo publicidad por radio e Internet para el GP de Austria”.

El ex -tetracampeón de F1 fue más allá, “En Silverstone hubo carreras de distintos clases, desfile de leyendas, entretenimientos que acompañan en caso de que la promoción no alcance”.
Toto Wolff, boss del equipo Mercedes, acepta que, “se puede advertir que hay un estancamiento de la audiencia en televisión”, aunque, “…también se advierte un enorme aumento en el mundo digital”.
Y Wolff es concluyente respecto a su perspectiva, “en mi opinión, el mercado va a ser muy diferente de aquí a 10 años y hay que ir adecuándose…”.
Monisha Kaltenborn, responsable de Sauber en pista, reconoce que la F1 perdió contacto con sus fanáticos y necesita volver a vincularse emocionalmente con el público, “nos estamos convirtiendo en un mundo aislado que no puede crear emociones”.

Creo que la F1 está ante la posibilidad de comenzar a cerrar esta traumática temporada francamente en alza.
Las carreras de Spa, Monza y Suzuka son esperadas con expectativas inusuales y no es muy difícil ni atrevido suponer porqué…Son los escenarios que están más emparentados con la esencia del automovilismo mismo, por trayectoria, características y prestigio de este maravilloso deporte.
La F1 está ante una buena oportunidad para comenzar a aprovecharlo, si no olvida que el espectáculo es siempre pasajero, mientras el prestigio ganado siempre queda…
RD