El reemplazante del Veyron tendrá como premisa, “la velocidad máxima más veloz que cualquier auto de producción, junto con una facilidad de conducción que permita su utilización todos los días”.
Sin duda, una aspiración exigente, pero que a juzgar por los antecedentes del propio Veyron, podría decirse que tiene buena base para intentarlo…
En principio, el nuevo modelo llevará una evolución plus del motor W16/8.0 litros del modelo actual que, entre otras cosas, traerá un nuevo sistema de inyección directa que reemplazará al sistema multipunto que utiliza en la actualidad, al que se sumarán turbos eléctricos, con intención, no solo de mejorar la aceleración del modelo, sino reducir drásticamente consumos y emisiones de CO2 pautadas para la norma Euro 6.
Aunque los funcionarios de Bugatti minimizan los planes de reemplazo para el Veyron, haciendo hincapié en que todavía tienen en producción y están entregando el modelo actual, fuentes muy cercanas a la compañía indican que hay por lo menos cinco vehículos-laboratorio probando, sobretodo, diferentes soluciones de trenes motrices.

Una cosa es segura, el nuevo Bugatti tendrá un monocasco íntegramente hecho en fibra de carbono, con capacidad solo para dos personas, un habitat de lujo exquisito y las últimas novedades en tecnología de conectividad.
La principal alternativa será el sistema de propulsión híbrido que estará montado con el motor en posición trasera-central, con vínculos con las cuatro ruedas a través de una caja tipo DSG A7.
Todas soluciones de última aplicación, tales como, la aparición de nuevos sistemas de acumulación de energía, las citadas cajas de cambios automáticas de doble embrague, sistemas de tecnología de construcción liviana y suspensiones activas avanzadas, cuyo potencial sin precedentes ya traen los recién llegados, Mc Laren P1, Porsche 918 Spyder y LaFerrari que, desde que el primer trazo del reemplazante del Veyron fue trazado, quedaron automáticamente en la mira de este nuevo integrante de la selecta familia de los superautos.