BMW fabrica sus propias motos, aunque no hace mucho tiempo atrás, también se había adueñado de Husqvarna; el grupo VW, a través de Audi, se hizo de Ducati; Toyota tiene una parte de Yamaha y Suzuki; lo propio sucede con Ford y Harley Davidson; Peugeot, entre otras cosas, hace bicicletas y scooter…
Por historia o por conveniencia, la relación entre empresas automotrices y motociclísticas, siempre se mantuvo muy estrecha, al punto, como indicamos, que varias de ellas han unido sus destinos, implementando sinergias con interesantes beneficios para ambas partes.
Esta tendencia, la confirma ahora el interés por parte del grupo Daimler de una parte de la prestigiosa marca italiana de motos MV Agusta.
Las razones son varias; en principio, un nuevo formato de negocio, que llega de la mano del replanteo por la movilidad, sobre todo urbana y para una o dos personas, para lo cual la experiencia de los fabricantes de motos en ese sentido es fundamental. Es más, Smart, marca del grupo alemán ya está haciendo sus primeras armas en la materia a través de una bicicleta híbrida (tracción a sangre y eléctrica).

Además, en el caso Daimler-MV Agusta, el crecimiento de esta última fue fenomenal en los últimos tiempos; se habla de un 80% de aumento en sus ventas y de un 50% de sus ganancias…
Como indicábamos al comienzo, la mayoría del capital del grupo italiano (también integrado por la marca Cagiva) pertenece a la familia Castiglioni, quien desea sacar a bolsa un 30% del citado capital, objetivo final de Daimler en la búsqueda por una marca de motos de reconocido nivel.
Una actitud bastante creíble por parte del grupo germano que, con anterioridad, intentó hacerse de Ducati antes de que la compra de Audi lo alejara de dicha posibilidad.