El nuevo Bugatti seguirá basándose en el motor W16 de 8.0 litros que desarrolla en la actualidad 1.200 CV, sin embargo, este tendrá la ayuda de unos 300 CV extra, proporcionados por una unidad eléctrica, para lograr el ambicioso cometido de superar al Veyron original.
Fuentes oficiales de la marca le dijeron a Reuters que, muy probablemente, su producción completa alcance a 450 unidades, la misma cantidad que el Veyron actual, y que el proyecto tomaría impulso una vez se hubieran vendido estos, que ya llevan comercializadas 430 unidades, cosa que podría suceder antes de fin de año.

Los antecedentes del McLaren P1, Porsche 918 y Ferrari LaFerrari, sin duda, incentivaron la hibridación para el tren de propulsión del SuperVeyron, propuesta que contaba con la aprobación implícita de Wolfgang Dürheimer, CEO de Bugatti y Bentley.
Al respecto, un portavoz de Bugatti declaró que, “…el nuevo modelo no será menos emocionante que el Veyron”, sin entrar en detalles mayores, aunque el director del Centro de Gestión de Automoción cercano a Colonia, Stefan Bratzel, sugirió, “…La propulsión híbrida parece un paso lógico, reducir emisiones y aumentar rendimiento pueden justificar la construcción de autos de este tipo”.