Las primeras conclusiones que surgen después de los kilómetros iniciales avalan el criterio del diseño original, basado en un formato de crossover deportivo capaz de competir con el Porsche Macan y sus primos de las familias Range Rover y Discovery de JLR.
Sin nombre propio, con alrededor de 4m70 de largo y orillando un peso de 1.850 kilos gracias a su plataforma de aluminio, el crossover de Jaguar derivado del prototipo C-X17, se aferra al carácter deportivo de la marca convertido en el segundo modelo de gran tamaño de la ofensiva de Jaguar de los últimos tiempos, que debería conseguir unas 200.000 unidades anuales vendidas una vez establecido.

Con medidas generales similares a las del Evoque, sus creadores se esperanzan en que, “…atraiga a los jóvenes, compradores cosmopolitas, con activos estilos de vida. Es más, esperamos que haya muchas mujeres y grupos familiares jóvenes entre ellos”, enfatizó Steven de Ploey (director global de marketing de JLR) al medio británico Autocar, y también anticipó que, el 90% de sus potenciales compradores serán nuevos para la marca.
El nuevo SUV compacto de Jaguar estará propulsado por la gama de motores de cuatro cilindros Hotfire de JLR, en versiones tanto nafteras como gasoleras, que propondrán emisiones por debajo de los 99gr/km de CO2 y performances que orillarán los 300 km/h.

Tamañas posibilidades se respaldan en la utilización de doble turbo e inyección directa para los motores nafteros más potentes.
Mientras se barajan todos estas posibilidades y expectativas, el nuevo Jaguar con tracción integral (que también tendrá variantes 4x2) se pasea por los más diversos escenarios de Europa e Inglaterra, preparando lo que será su aparición en el escenario mundial recién en 2016.
Sin embargo, el nuevo vehículo ya no propone la misma ansiedad por conocerlo que cuando se supo del proyecto, ya que mucho del futuro vehículo es común al concept C-X17 que se conoció en varios salones previos.