Un mercado que tomó conciencia de que el BMW X5 era “un poco chico” y otro, a varios miles de kilómetros de distancia, donde el mismo producto demostró “no ser suficientemente grande”, propuso una conclusión que cayó por su propio peso: “si nos interesan los mercados de EE.UU y China, tenemos que hacer un SUV más grande”.
A grandes rasgos, la secuencia tuvo características similares a nuestra dramatización, por lo que no hizo falta mucho para que el proyecto de un SUV BMW Extra Large tuviera luz verde en la casa bávara.
Sobre todo, después de conocer que los americanos habían recuperado su gran interés por el enorme Cadillac Escalade y de enterarse que Mercedes-Benz ya estaba trabajando en un GL alargado y que Audi hacía lo propio con un Q7 para siete adultos.

Por eso no llamó la atención la noticia de que, hace algunas horas, directivos de la planta BMW de Spartanburg, comunicaron a los operarios de la misma la asignación, por parte de la cúpula germana de la marca, de la fabricación de un gran SUV para el mercado local y con alcances para otros escenarios que lo demanden.
Lo más lógico y rentable será que se haga en EE.UU y que desde allí se exporte, sobre todo, a China, donde ya se percibió que “el tamaño importa…y mucho” y si bien no será un vehículo que tendrá ventas importantes, servirá para posicionar a la marca en dos de los escenarios más grandes del mundo, lo que no es poco, especialmente, si la imagen que se busca es utilizada para enfrentarse a Mercedes y Audi por el dominio del mercado mundial de los Premium.

Los detalles indican que, el prontamente bautizado X7, tendrá siete plazas “para adultos” (tres filas de asientos), gran confort para circular por tramos largos de ruta, abundantes dispositivos de entretenimiento, mucha informática a bordo y prestaciones superiores, sin que el consumo o las emisiones, sean temas a ser muy tenidos en cuenta.