Opinión STC2000 EN RAFAELA

ESCENARIO IDEAL, GRAN CARRERA, ¿SEGUIR`AS??

23/03/2014. El STC2000 inició su torneo 2014 con una carrera vibrante, en un circuito ideal para concretarlo. Gran espectáculo, cuyo aspecto deportivo corrió riesgos a partir de insólitas penalizaciones que alcanzaron a ¡los mejores de 2013!!! , pero que se salvó por un dinámico trámite que coronó a un recuperado Norberto Fontana frente a los dominadores Peugeot, el retorno de las series clasificatorias en lugar de los absurdos Super 8 y 16 y la demostración de que se pueden generar buenas demostraciones deportivas cuando la categoría le saca lustre a su prestigio en lugar de abusar del circo?


No estamos de acuerdo con los lineamientos generales de la categoría.
Con su propuesta casi monomarca a partir de un único motor (base conformada por dos blocks de moto Suzuki Hayabusa unidos y convertido en un V8 a 72º) y caja, jaula, suspensiones, frenos, tanque de combustible y neumáticos, comunes a todos los participantes.
Pero eso no sería nada frente a la delirante búsqueda por generar espectáculo a toda costa, con carreras largadas en fila india, clasificaciones que se desvirtuaron a favor de los ridículos Super 8 y 16, escenarios insólitos como el del Estadio Unico de La Plata, carreras con cambios de gomas que no se justificaban, inversiones de las grillas de largada (como ocurrió hoy en Rafaela), etc, etc.
Una búsqueda para mejorar un rating televisivo y una concurrencia esquivos que obtuvo magros resultados a partir de que los objetivos buscados no se alcanzaron y que los picos de aceptación logrados (como por ejemplo, los 17 puntos de rating y el “millón de personas” en las carreras realizadas en la CABA) no sumaron el residual de público al que la categoría aspiraba.
Pero más allá de nuestras grandes diferencias con la filosofía y conducción de la categoría, no podemos negar que en la apertura del torneo 2014 que hoy se celebró en Rafaela, la categoría tuvo una actuación descollante, que ni siquiera algunas aberraciones históricas lograron opacar.


Con varios cambios de equipo (Werner a Fiat, Ledesma ídem, Canapino en Peugeot, recuperado Fontana para Chevrolet, etc) la categoría minimizó la ausencia de Honda (por primera vez después de 17 años) y mostró una salud que garantiza el protagonismo de todas las siluetas (es hasta vergonzoso hablar de “marcas”).
Varios hechos positivos acompañaron en lo institucional, como lo fue la elección del óvalo de Rafaela, Santa Fe, para dicha apertura, un escenario donde la propuesta técnico-deportiva del STC2000 pudo manifestar todo su poderío, a pesar de los riesgos, ya que con velocidades que orillaron los 300 km/h de máxima, cualquier detalle menor, podía convertir la fiesta en un desastre.
A despecho de neumáticos de dudosa confiabilidad para afrontar las 22 vueltas de rigor, la categoría asumió el riesgo dispuesta a darle un golpe de timón a su propia historia.
Afrontó el óvalo de Rafaela con la única salvedad de incorporar dos de sus chicanas para minimizar los problemas con el caucho, pero hizo caso omiso a un pavimento deficiente que agregó riesgo más que tranquilidad.
Eliminó los impresentables Super 8 y en su lugar propuso dos Series clasificatorias al mejor estilo TC, mucho más válidas desde el punto de vista de la deportividad y como interesante aperitivo mañanero para el público presente.

Girolami con Werner y el pelotón atrás. Muchos autos, muy juntos y a gran velocidad, garantía de deportividad...

Aunque, en este caso, atada no sabemos a que cuestión histórica, se tomó la decisión de invertir el orden logrado en clasificación de acuerdo a la ubicación de los pilotos en 2013, un auténtico absurdo que, felizmente, no pesó lo suficiente como para afectar la reunión.
Lo deportivo estuvo a la altura de la acertada propuesta original.
Estupendas series, con todos los ingredientes propios de parciales breves donde lograr la mejor ubicación fue lo único que contó, garantía excluyente de buen espectáculo, especialmente, en un escenario como el rafaelino, donde la succión de los autos (vulgo,”chupada”) estuvo a la orden del día y la regla máxima dice, aquel que entra segundo a la última vuelta es el mejor candidato para ganar.
Desde que los autos tomaron contacto por primera vez con el escenario, los Peugeot 408 demostraron que la única diferencia que hay entre los autos, en este caso, favoreció el dominio que ejercieron: su penetración aerodinámica.
Lograron el 1-2 con Canapino-Girolami, quienes también dominaron en las Series pese a la inversión de posiciones al cabo de la clasificación. El gran absurdo había sido neutralizado…
La Final no le fue en zaga.

Recuperado por la categoría, Norberto Fontana volvió con Chevrolet y no pudo tener mejor debut...

Gran espectáculo, como para dejar satisfecho al más exigente, con los autos volando bajo y los pilotos realizando maniobras de alto nivel con precisión, batallas a todo lo largo de la fila india, a tal punto que el dominio evidente de los Peugeot citados, siempre dio la sensación de que no era inaccesible, ya que quienes los perseguían giraban a pocas décimas de ambos 408.
El desarrollo de la carrera lo corroboró, cuando ambos Peugeot tuvieron problemas menores y surgió un envalentonado Norberto Fontana, campeón en TC2000, pero debutante en STC2000, quien a poco del final se ubicó líder y dispuesto a no ceder.
Allí apareció otra medida que contribuyó al suspenso hasta la llegada. La prueba estaba fijada en 22 vueltas, sin embargo, como apareció una bandera de precaución por un auto detenido en pista, se decidió que una vez retirado el mismo, debían disputarse tres vueltas más a velocidad libre, lo cual mantuvo la atención del público y los televidentes hasta el banderazo final.
Hubo apenas 8/10 entre Fontana y Girolami, finalmente segundo, se produjeron cambios de posiciones en todo el pelotón en 13 de las 25 vueltas que finalmente tuvo la carrera y al Cruze del ganador Fontana lo escoltaron tres 408 (Girolami, Santero y Chapur) y luego, tres Línea (Werner, Ledesma y Arduso), un cóctel que sumó variedad, emociones y un alto grado de competencia (donde no faltaron roces, fueras de pista, aprietes varios, etc), lo único que necesita una categoría como el STC2000 para que su propuesta deportiva se convalide carrera tras carrera.

Muy buena presentación de Julian Santero en Raphy. Consistente trabajo sobre un veloz Peugeot 408...

Es cierto que todo este gran espectáculo deportivo fue posible en gran medida por las características del circuito de Rafaela, pero no es menos cierto que la categoría demostró que tiene potencial como para volver a intentarlo.
Así conseguiría lo que en los últimos tiempos brilló por su ausencia, verdadero prestigio.
A futuro, la categoría debería trabajar para correr en el propio óvalo de Rafaela, sin chicanas, aunque adecuado a las circunstancias actuales de la especialidad.
Sería bueno también que convirtiera sus carreras en verdaderos clásicos, como la idea de reflotar los 200 Kilómetros de Buenos Aires (¿por qué no las 100 Millas del Zonda o algo parecido?) tomando al menos media docena de circuitos tradicionales y desarrollarlos de esta forma, convirtiéndolos en algo así como “pruebas especiales”, jerarquizando escenarios y desafíos y, por sobre todo, con la continuidad suficiente como para que los seguidores esperen las carreras como algo diferente, no como una prueba más…
Por lo visto hoy en Rafaela, la categoría demostró que puede lograr esto y mucho más, ojala que las carreras que vienen continúen en el mismo sentido.
RD

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