En el escenario del reciente Salón de Ginebra, pudo conocerse oficialmente la intención de Porsche de incorporar en las generaciones venideras de Cayman y Boxster, motores de cuatro cilindros, tal como los que utilizó el legendario 356 y, más recientemente, los 924, 944 y 968.
Sin embargo, por ejemplo, en relación al último de los citados, no tendrán cuatro cilindros en línea, sino que respondiendo a la característica más destacada de la marca de Sttutgart, serán de cilindros opuestos a 180º.
Una tendencia que ya se pudo anticipar con el 919 Hybrid del WEC que, de la mano de su propuesta extrema –máxima potencia con el menor volumen cúbico posible: eficiencia superior- sirvió de plataforma tecnológica para este nuevo rumbo en materia de motores tetracilíndricos.

La única diferencia en relación al impulsor del 919 híbrido para Le Mans, es que este tiene configuración en V debido a que forma parte de la estructura principal integrado al monocasco de fibra de carbono, cosa que no sucede con Cayman y Boxster.
Las nuevas unidades, estarán dotadas de turbo en todos los casos y serán alimentadas por inyección directa de combustible y esto indica lo anticipado: buena potencia (Mathias Müller, de Porsche, sugirió “más de 400 CV”), con reducción de emisiones y consumos contenidos.
En la actualidad, los motores flat-6/ 3.4 litros del Cayman más potente, el GTS, desarrollan 340 CV, valor que superarían notoriamente las unidades cuatro cilindros en gestación, que, por otra parte, serían de bastante menor cilindrada (podrían estar entre 1.8 y 2.4 litros) y, obviamente, mucho menos contaminantes y económicas.